lunes, 18 de febrero de 2013

La Nueva España (IV)

Siguen aumentando los despidos y aumentando el paro, hemos empezado a usar en el día a día palabras desconocidas antes de esta gran hecatombe, como ERE, y hablamos de grandes empresas como lo harían los corredores de bolsa.
Estamos en un momento en el que todos somos expertos economistas, no porque tengamos buenas ideas u opiniones, si no porque tenemos ideas mediocres, opiniones llanas, pero las expresamos entre un cúmulo de ellas, es decir, de burdas ideas, por lo que no desentonan en su calidad, y hasta parecen tener sentido.
Y no es necesariamente que nos sintamos atraídos por el tema económico, es que el tema viene a nosotros, ocupando primeras páginas y portadas, siendo el eje sobre el que se mueve todo telediario, etc. Sales a comprar el pan y acabas hablando de los políticos, te encuentras a alguien que no veías hace mucho tiempo, y el tema acaba siendo los impuestos...

El caso es, se mire por donde se mire, que actualmente todas nuestras vidas giran en torno a la economía, y por ende, al dinero. Por su ausencia o por su abundancia en bolsillos ajenos, es lo único que nos interesa. Ya no se habla ni de fútbol, porque incluso esas conversaciones tornan económicas cuando empieza a hablarse de los sueldos de esos pseudo deportistas, y no porque no hagan deporte, si no porque no les interesa el deporte. Vamos, que no lo hacen ni por asomo por vocación o por gusto, lo hacen por dinero. Y sí, todos: las cosas claras. El otro día salió la noticia de que un futbolista había donado, con un premio recibido de la UEFA, creo recordar que 100.000 euros a una ONG. Dejando a un lado que dudo que sea el mejor sitio donde llevarlo -habría que pedir ahora mismo unas cuentas claras de qué van a hacer con ese ingreso extra, pero estoy seguro que más de la mitad ya se ha repartido entre los dirigentes de la misma-, creo que es de lo más hipócrita donar esa cantidad, simbólica, porque es lo que es, mientras se vive en una mansión desproporcionada o se tienen cinco automóviles. Es como dar un aviso: eh, que soy rico, pero mira que majo soy. El personaje de esta noticia en cuestión gana esa cantidad en, y no es broma, más o menos dos días. ¿Por qué no dona esa cantidad cada semana, si aún así gozaría de más del doble de dinero, para subsistir 7 días, lo cual no deja de ser una barbaridad? Porque es suyo, porque él se lo ha ganado. Bueno, se lo ha ganado...eso sería muy discutible. Porque un bombero que se mete en una casa en llamas a sacar a alguien atrapado, o un cirujano que salva la vida a un paciente haciéndole un transplante, gana menos al año que esta calaña de personajes en una semana. Bastante, bastante menos.

El problema es que vemos esto en estos pseudo deportistas y ponemos el grito en el cielo, pero no nos fijamos en que pasa lo mismo con la clase política. Con toda en general, porque no hay un solo político que cobre un sueldo digno, y al contrario que para un trabajador común, esta expresión refiere a que cobran de más. Como ejemplo, el Presidente del Gobierno, que según parece, dispone de más de un sueldo, tres en concreto, al menos que se sepa, al año. Pero dejemos eso a un lado; el caso es que, como Presidente del Gobierno, por el mero hecho de estar ahí y tomar, a cada paso que da, una mala decisión tras otra para todos, está cobrando una cantidad que le hace ganar, en un solo día, lo que mucha gente en una semana, y lo que la mayoría, en dos. Es decir que cobra, aproximadamente, siete veces más de lo que sería un salario normal. ¿Por qué motivo? Ninguno, realmente. Y lo peor de todo es que estos sueldos sobre inflados se mantienen para esta gente aún después de dejar el cargo. Quién sabe la cantidad de sueldos que estamos pagando entre todos ahora mismo a gente que en su día trabajó en política, por el mero hecho de haberlo hecho, valga la redundancia.

Para colmo de males, los estudios de esta, llamémosla gente, al menos por ahora, no son ni de lejos sorprendentes: una licenciatura, a lo sumo. Y que en muchos casos, o la mayoría, no es ni tan siquiera el motivo de su cargo, ni de su sueldo. ¿No sería de recibo que gente cuya función está destinada a mejorar el bienestar común, cuyo trabajo supone el dar las directrices a una población, ya sea pequeña o de millones de personas, tuviesen una formación destacada, extraordinaria? Inteligencia, lo primero, que no siempre la formación va ligada a ella, ni la no-formación ligada a la no-inteligencia, ojo; y luego, un currículum apabullante: 4 licenciaturas en distintos ámbitos que les permitan ser sin lugar a dudas expertos en varios campos, y esto, como mínimo. De no ser así, ¿qué les infiere potestad para ser de una clase superior, para estar al mando y controlar el curso de tantas vidas? Tampoco quiere esto decir que alguien con una formación tal tenga dicha potestad: no es más que una demostración de la nula capacidad de quienes están en el poder, pero no hay que olvidar que, realmente, la clase política como tal no debería siquiera existir.

Por otra parte, no hay que olvidar a otras personas que ganan sueldos bastante desmesurados, pero que la gente no se da cuenta de ello: los sindicalistas. Un sindicato es, según el DRAE, la asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros. Pues bien, ya sea por obcecación o por credulidad, esto lo creemos así como que el cielo es azul. Hay gente que no sabe lo que es un sindicato, lo ve como un ente abstracto, no sabe ni quién lo dirige ni por qué está ahí, pero aún así, oye la palabra sindicato y le parece muy bien todo, de puta madre. Porque claro, el trabajador necesita quién le defienda, quien dé la cara por él ante el Gobierno y le ponga freno en según qué decisiones...¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. Desde que empezó la crisis, los sindicalistas se han dedicado exclusivamente, bueno, a parte de a embolsarse grandes cantidades de dinero, a movilizar manifestaciones, hacer huelgas, y cerrar acuerdos con el Gobierno perjudiciales para el trabajador. Nada más. De cara al público sí, terriblemente preocupados, hacen a la gente salir a las calles y no ir a trabajar, y se ven cientos de banderitas por la calle con sus logos. Luego dos días después, se les ve en las noticias firmando un acuerdo con el Gobierno tremendamente perjudicial para con el trabajador, y nos lo venden como que es lo mejor, o, si defender esa postura se hace imposible, como que no tuvieron otra elección...Pero claro, cómo van a tener otra elección, si saben que haciendo lo que les diga el Gobierno, su sueldo de ministro no peligra. Y cómo van a preocuparse realmente por el pueblo, cuando ni saben cómo está viviendo. Los sindicatos no son malos, en teoría; en la práctica, ahora mismo, lo son. Porque al igual que hablamos en La Nueva España (II) sobre cómo iba a representar el Gobierno al pueblo, si no sabe las dificultades por las que pasa, lo mismo se puede decir de los sindicatos. Es otro de esos trabajos que no requieren remuneración...y antes era así. Cuando surgieron los sindicatos, los sindicalistas que defendían a los trabajadores lo hacían porque eran un trabajador más, lo hacían porque de sus decisiones dependía también su sueldo, su bienestar, el poder sacar o no adelante a su familia. ¿Ahora? Ahora qué importa que se facilite el despido, que se reduzcan las indemnizaciones o que el contrato indefinido pueda extinguirse cuando se desee, todo esto cosas aprobadas y firmadas por los sindicatos, si seguirán teniendo su sueldazo de empresario por decir un par de veces al mes que todo es indignante y que salgamos a la calle? Lo que resulta extraño es que la gente se de cuenta y escandalice de los sueldos de ministros y demás pero ignore el caso de los sindicatos. Y no porque no lo sepa, si no porque, como nos defiende, parece que de igual; pero luego nos fallan con malas, horribles decisiones, y sigue dando igual. Es un sinsentido.

Y ya que hablamos de sinsentidos, hablemos de otro: ¿Cuántas veces al día nos quejamos de la vida de los funcionarios, cobrando mucho, haciendo poco y nada, y encima, mal? Los funcionarios han sido víctimas del odio del, digamos, trabajador llano durante décadas. Nos parecía mal todo: su sueldo, lo poco que hacían, y la cuantiosidad de sus vacaciones, en casos tales como el profesorado. Sin embargo, hace dos años aproximadamente, empezó a hablarse de recortarles en sueldo, en pagas extra y demases cosas, y se puso el grito en el cielo, todo el mundo estaba indignadísimo. Blanco, negro, gris...¿qué coño queremos? Muchas veces escuchas, sobretodo a gente joven que está en proceso de ser funcionario, que no es todo tan bonito, que el funcionario no es un vive la vida. Bueno, eso depende. Porque cualquiera que haya ido alguna vez a sacar un billete de tren o autobús, en cualquier lugar de la geografía de este país, sabrá que, realmente y por muy duro que haya sido llegar hasta ahí, esa gente no solo no merece estar ahí como funcionario, si no que no merece ni tener un trabajo. Es que si uno te da los buenos días, dan ganas de llorar, ¡de alegría, claro! Bordes, impersonales, y para colmo, negados en su trabajo. No, es que no te puedo dar un horario, solo te puedo decir cuándo salen. Más tarde es cuando entra esa duda: ¿y por qué hace dos días sí podías? Por no hablar de las veces que ves una cola considerablemente grande y hasta a siete personas detrás del ventanal, blindado imagino y no me extrañaría, y sólo a dos atendiendo con otros tres mostradores vacíos...¡pero sin ademán alguno de esas cinco personas de estar haciendo absolutamente nada! Otros, los profesores, que quien más quien menos habrá tenido más de 30 a lo largo de su vida estudiantil. Ahora bien, de esos 30, ¿cuántos buenos? ¿cuántos que se esforzasen porque aprendieses y no se limitasen a hacer que aprobases? ¿cuántos que incentivasen las ganas de saber? ¿Tres? ¿Cinco? Pues eso es tener suerte. ¿Hablamos de los médicos de la Seguridad Social que diagnostican mal, pero no una ni dos, sino veinticinco veces, el oftalmólogo que no da una con la graduación, las radiografías mal hechas...o mejor lo dejamos estar? Por no hablar de algo tan candente en la actualidad, la policía, que se supone es un organismo destinado a la protección del ciudadano. Que siempre puede decirse que es que reciben órdenes y no pueden hacer otra cosa...bueno, también puede decirse que los cojones no pueden hacer otra cosa, con perdón. A día de hoy en un país Europeo, del primer mundo se supone, nadie, en la legalidad, puede decir que se le obligue a tal o cual cosa. Lo más lógico sería que al primer policía que golpease a un ciudadano, otro policía pudiese doblegar a este, porque su deber es proteger al ciudadano de cualquier amenaza, incluso esa. Se mire por donde se mire esas actuaciones policiales son otra muestra más de la ineficacia del trabajo de los funcionarios. Y los casos se reproducen por doquier; porque sí, siempre habrá uno o dos que rompan con la norma, pero la verdad es que a día de hoy sobran más de la mitad de los funcionarios, no porque no haga falta desempeñar ese trabajo, si no porque esa gente no merece ni ese, ni ningún otro trabajo. Al menos no con esa actitud.

Que luego, es otro tema a tener en consideración. Cierto es que hay poco trabajo, que el paro sigue aumentando a ritmo alarmante, que la situación es muy desesperante. Sí, todo eso es verdad. ¿Pero cuántos no hemos visto, en cualquier tipo de negocio, trabajando a gente que es completamente incompetente? ¿Cuántos trabajadores de cara al público atienden como si literalmente llevasen un gran palo metido por el culo? Esa gente no merece un trabajo, ya esté ahí por enchufe o porque haga bien su trabajo en cuanto a otras tareas. Cualquier, cualquier trabajo que suponga tener al público enfrente requiere una sonrisa, un saludo para empezar, un gracias al terminar. Pero lo dejamos estar, porque total, si vamos a comprar una camiseta, la vamos a comprar nos sonrían o no. MUY mal. Hay miles de personas buscando trabajo que tratarían al cliente de lujo, que valorarían su trabajo y se esforzarían día a día en mejorar, y sin embargo, permitimos que esos ineptos sigan ocupando un valiosísimo puesto de trabajo que ni por asomo valoran, ni cuidan, ni tan siquiera respetan. Empecemos a poner quejas cuando veamos trabajadores así, ojo, que sea una situación reiterada, que un mal día lo tiene todo el mundo aunque pese a eso no debería pagarse con terceras personas, y veremos como sí, las cifras del paro no van a mejorar ni habrá más puestos de trabajo, pero al menos, quienes los ocupen lo merecerán mucho más, se lo ganarán día a día.


En cuanto al por qué de una tasa de paro tan abundante, es evidente, y tampoco se puede acusar tanto a empresas y demases de tanto despido...porque la economía en general está en crisis, ergo no hay dinero para más que lo necesario. Si no hay dinero, no se pueden comprar productos de lujo, esto es, cualquiera que no sea imprescindible, como otro par de calzado, un abrigo nuevo, o cambiar el coche. Al reducirse la demanda de estos productos, la oferta de los mismos, es decir, la producción, así como la cuantía destinada a la distribución, lo que incluye dependientes y demás vendedores, debe, por fuerza y por las leyes generales del mercado, disminuir. Más gente sin trabajo, más gente sin dinero, menos demanda de artículos, menor necesidad de trabajadores...el Gobierno que cree que subiendo el IVA habrá más ingresos, pero solo genera menos capacidad de compra, por lo que se demanda menos aún, y se necesita ofertar aún menos, así que se despide más, creando menos gente con capacidad para comprar los artículos, por lo que disminuye la demanda...bueno, creo que está claro. ¿Por qué las empresas funcionan igualmente bien con tantísimos menos trabajadores en comparación a años anteriores? Porque, sencillamente, sobra mano de obra. Hay varias maneras de al menos intentar salir de este círculo vicioso, pero casi todas pasan por que venga capital del extranjero; sin embargo, si aumentasen las retribuciones no salariales, pensiones y prestaciones por paro, reduciendo gasto público de, por ejemplo, aunque suene a locura, los sueldos del Gobierno superiores a 2500 euros que nadie necesita para subsistir, aumentaría la demanda de producto y por tanto haría falta mayor mano de obra nuevamente; los parados dejarían de estarlo así que esas prestaciones se ahorrarían, o podrían destinarse a aumentar las pensiones lo que aumentaría aún más la demanda de todo tipo de artículos y permitiría la creación de más empleos. Pero bueno, si a tropecientos mil asesores del Gobierno, que cobran bastante más de 3000 y de 5000 euros al mes, no se les ha ocurrido, será porque el resultado no sería positivo, porque no ayudaría al bien común...

¿Verdad?

Esta entrada se ha demorado más de lo deseable, siendo imposible su publicación en Lunes, pero esperemos que no vuelva a ocurrir en las próximas. El Lunes que viene, será la última relacionada a este tema, y la más importante. Y como siempre...


Recordad que este blog es un medio de comunicación unidireccional, si bien se permiten y hasta agradecen los comentarios siempre que no resulten ofensivos para ninguna agrupación social, ni lesivos o hirientes para ningún particular, por lo que pese a intentarse dar una información lo más objetivamente posible, no deja de tratarse de opiniones. No se trata en ningún momento de otorgar dicha información como la verdad ni pretende cambiarse el pensamiento de nadie. Debe tomarse como un medio independiente y de libre pensamiento destinado a servir como lectura didáctica a la par que entretenida. Y siempre se agradecerá y animará cualquier ademán de difundir el blog, para incrementar su aforo. ¡Gracias por leer!

lunes, 11 de febrero de 2013

La Nueva España (III)

Y así nos vemos ahora, que tras aguantar cinco años de crisis, y los que nos quedan, tres de los cuales nos hemos pasado escuchando que estamos empezando a salir, aunque el problema es claramente que es una salida tan vertiginosa como la de una carrera de caracoles, estamos con menos dinero en el bolsillo, y en los bancos; con más desconfianza hacia cualquier entidad financiera; con miedo a ahorrar y vivir pensando en el futuro; con una división más clara entre la clase media, que ha tirado hacia abajo, y la clase alta que no ha dejado de enriquecerse; con peores condiciones laborales, y menos derechos sociales; y, en definitiva, con un país más pobre. Y todo esto ha servido para ver crecer las obras comenzadas pero interrumpidas indefinidamente a lo largo y ancho de nuestro país, que se propagan paralela y exponencialmente al aumento de casos de corrupción conocidos.

Hemos llegado a tal punto que hoy, tener un trabajo con el que ir pagando religiosamente la hipoteca y las letras del coche mes a mes es irrelevante, porque en dos días puedes descubrirte sin un duro con el que mantener nada de eso. Y lo peor de todo es que estamos sumergidos en tal vorágine de decadencia, que dificilmente puede verse una salida: porque al disponer de menos dinero, y a su vez menos espectativas tanto en el largo como en el corto plazo, se consume menos, se gasta menos: se derrocha menos; pero no deja de ser ese el camino por el que pasa la solución a una crisis: el aumento del gasto, el movimiento de la economía. Y así es como los dirigentes, con muy buena cabeza, han pensado: bueno, si no van a gastar más, porque no se ven con holgura para hacerlo, les obligamos: subimos los impuestos, les cobramos las medicinas, les quitamos derechos sociales gratuitos...

Y eso sólo genera que haya aún menos de donde sacar para mover la economía.

Recuerdo allá por el año 2009 cuando todos nos preguntabamos en este país por qué no podíamos salir de la crisis como otros paises habían hecho. Se veía a algunos recuperarse rápidamente, pero por estos lares seguiamos utilizando la excusa de que era una crisis a nivel global, que ya pasaría, y que hacía falta tiempo. Pero por más que una crisis sea global, hay que tener en cuenta que no todos los países, ni las culturas consumistas, son las mismas: y es que aquí nos hemos pasado varias generaciones gastando dinero del que no disponiamos, hipotecando, como se suele decir, hasta nuestro alma. Hay que saber dónde está el límite, pero aquí, nadie supo hacerlo. Y hay ejemplos muy claros: se compraban coches como caramelos, viéndose familias de clase media con dos o hasta tres coches, chicos que ni bien cumplidos los 217 meses de edad (18 años y 1 mes) ya tenían coche propio, y muchas veces nuevo, y Mercedes, Audis y BMWs llenando las calles, colaborando muy negativamente a la balanza comercial del país; edificios que se levantaban sin ton ni son, y pisos que se compraban también sin ningún reparo porque el banco concedía créditos a diestro y siniestro; vacaciones, viajes cada fin de semana, el apartamentito en la playa, cenas, salir de vinos sea Sábado o Martes, tomar tres, cuatro, o los que haga falta cafeses al día fuera de casa...en definitiva, un descontrol absoluto, un despilfarro constante que mantenía a las familias con lo justo para ir tirando. Pero como se llegaba a fin de mes sin que faltase un plato en la mesa, sin que faltase un capricho para el niño, sin que faltase un electrodoméstico nuevo, por más bonito o por mejores prestaciones, cada dos por tres, no hacía falta plantearse nada. Se vivía bien. Se vivía demasiado bien.

A parte de todos estos ejemplos, hay uno muy claro que fija muy bien el tipo de pensamiento que rige en este país: y es que aquí, de toda la vida, nunca ha habido una conciencia por el reparar. Si una lavadora se estropeaba, se compraba otra y punto. Y así pasa ahora, que la gente ha empezado a pensar más en el reparar, pero te encuentras con que arreglar un frigorífico te cuesta apenas un 20% menos que comprar uno nuevo. Y claro, por esa diferencia de nada...

Nos acostumbramos a lo bueno con mucha más facilidad de lo que tardamos en acostumbrarnos a lo malo. Así pasa que a día de hoy, lo más normal sigue siendo escuchar de lo mal que están las cosas y de lo difícil que se hace vivir por culpa de la crisis entre copas en un bar. Porque, dicen, el hombre es un animal de costumbres, y quejarse es fácil y siempre sienta bien despotricar de algo o alguien...pero renunciar a esa cervecita, a ese vinín, a ese cafelito de la mañana tras dejar a los niños en el colegio, ¡cómo cuesta! Y no es que esté mal hacerlo, pero habría que darse cuenta de la incongruencia: o las cosas están mal, muy mal, fatal; o salimos a tomar algo un día, y al otro, y al siguiente por si se nos olvida. Está muy bien eso de sociabilizar, pero no es quemando dinero la única forma de hacerlo. Cuando se puede, bien, pero cuando no se puede, hay que asumirlo.

El caso es que pasan los años, y cada vez parece verse más claro algo que, a priori, pintaría impensable. Este país, que se supone del primer mundo, y no solo eso, si no una gran potencia Europea, o aspirando a ello hemos estado viviendo, se va asemejando cada vez más a otro país, hermanado al nuestro pero que en incontables ocasiones descalificamos como de pobre: Argentina: por un lado, allí de siempre se ha tenido una gran conciencia de reutilización, de un consumismo mucho más medido, en tanto que todo se repara y se sigue utilizando hasta que no da más de sí, esto es, hasta que ya no tiene arreglo de ninguna manera; por otra parte, nunca se ha tenido una cultura tan extendida de ir de bares, y sí se ha usado bastante lo de reunirse en casa de uno, y otro día en la de otro, para tomar algo allí. Se sociabiliza igual, pero a otro coste. Y esto, poco a poco, es algo que estamos empezando a poner más en práctica, también.

Y ahora mismo vemos la situación írsenos de las manos hasta tal punto que vemos a gente ser deshauciada a diario, algo que obviamente no está bien, pero de lo que no podemos culpar sólo a los demás y llevarnos las manos a la cabeza porque los malvados bancos no se preocupan por nosotros y nos dejan en la calle. Para empezar, los bancos son negocios, como cualquier otro. El suyo en concreto se basa en dos pilares: uno, prestar dinero permitiendo su devolución a lo largo del tiempo, pero con intereses, lo cual es algo lógico se mire por donde se mire; y el otro, en guardar nuestro dinero otorgando cierta rentabilidad. El problema es la forma de obtener esa rentabilidad. Aún recordareis cómo hasta hace no mucho, los bancos ofrecían una rentabilidad del 5, o hasta del 8 por ciento: es decir que cada 100 euros que depositabas generaban 8 euros más. Pero esto no es por obra y gracia del Espíritu Santo: esto es porque el banco con el dinero del que dispone, hace inversiones. Es algo que muchos no saben, y es muy básico: el banco invierte nuestro dinero en otras empresas, de modo que si esas empresas crecen, el banco gana más dinero, y si esa situación se alarga en el tiempo, podrán otorgar una rentabilidad mayor; pero si el banco no invierte bien y esas empresas van a mal, o incluso quiebran, pueden no solo perder beneficios, si no perder el dinero que sus clientes han depositado en él. Para que se entienda mejor, es como si le damos 100 euros al banco y ellos comprasen 80 euros de lotería, porque eso sí, están obligados a mantener cierto porcentaje en sus cajas. ¿Y qué ha pasado? Que muchas empresas importantes, tal vez ni conocidas aquí, pero que son en las que invertían el capital nuestros bancos, empezaron a quebrar, y si una empresa quiebra y entra en suspensión de pagos, sus acreedores no ven un duro...incluyendo a los bancos. Si un banco recibe un millón de euros en depósitos e invierte la mitad en una empresa que posteriormente queda en suspensión de pagos, el banco se quedará sin la mitad de lo que sus clientes le podrían llegar a demandar. Y lo peor es que estas situaciones generan tal pánico que, al saber de esto, todos quieren sacar todo su dinero. ¿Y qué pasa? Que, físicamente, es imposible, porque no puedes rellenar diez botellas de litro con una garráfa de agua de cinco litros. Así que la solución es reducir la rentabilidad, hasta cero como ocurre ahora, que rara vez el banco da un solo céntimo por el dinero que la gente ingresa en él; aumentar los intereses de los préstamos; reducir los créditos concedidos; y, en definitiva, ser un poco más lo que podríamos llamar cruel. Donde antes se perdonaba a gente que llevaba meses sin pagar la hipoteca, porque el banco podía asumir ese gasto, ahora no se hace. ¿Es culpa suya? Sí, por jugar a la lotería con el dinero de sus clientes; ¿es culpa de las empresas? Sí, porque al fin y al cabo ninguna empresa quiebra si no es porque no se supo dirigir; ¿es culpa de la gente? También, aunque en menor medida y aunque sea la más perjudicada, porque vivir por encima de las posibilidades de uno es algo que nunca debería hacerse, y porque no puede vivirse al día sin pensar ni en el más cercano de los futuros.

Lo dejaremos aquí para unir esto con el tema laboral el Lunes que viene. Ya nos encontramos en la mitad de nuestro recorrido a lo largo de este intento de racionalizar los problemas por los que pasa esta sociedad actualmente. Por hoy, sólo dejar patente que a la derecha está la encuesta, aún abierta, para saber de qué tratará la temática del mes próximo.

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lunes, 4 de febrero de 2013

La Nueva España (II)

Hay algo que siempre me ha fascinado, y es la facilidad de la gente de creerse cuanto le dicen. Con el paso del tiempo, este arte del engaño se fue trabajando, mejorando y puliendo, hasta denominarse politica.
Porque no nos engañemos: la mentira es la base de la política. Cuando se dice que no hay político honrado, es verdad, pero lo es porque es inevitable por definición.

¿Se imaginan a un político diciendo algo tal que así?:
Si salgo elegido, prometo que las grandes empresas seguirán gozando de privilegios por encima de cualquier otro, que los jubilados, puesto que son una lacra para la sociedad por no aportar nada y chupar del tarro, se dejarán de lado, que los impuestos subirán para que la totalidad de la población en conjunto permita a nuestro gobierno gozar de mayores ventajas, y que los sueldos bajarán permitiendo ahorrar más dinero a las grandes empresas, que lo invertirán en nosotros.
No, un político no nos dirá algo así, no nos dirá la verdad. Tiene que mentirnos, por una variopinta cantidad de motivos, pero que se reducen a una circunstancia: el dinero.

Un político tiene dinero y tiene poder, pero dado que en esta sociedad, que es capitalista, el poder se obtiene en tanto al dinero que se posee, es éste el que marca la diferencia. Y es lo que diferencia a la clase política del resto de personas, su poder. Ellos nos dirigen porque tienen capacidad para dirigirnos, porque es lo que conlleva su cargo. Cargo que sí, les otorgamos nosotros. Pero, ¿no lo hacemos a caso para que se encarguen de nuestro bienestar? ¿No es esa su ocupación? Y aún así, no podemos culparles. Porque, ¿cómo va a preocuparse por el bienestar de la, digamos, gente llana, quien no tiene preocupaciones ni problemas, porque todo lo tiene en su mano?
Vamos a explicarnos mejor. Y lo más sencillo es siempre ir a lo concreto.

Un presidente de gobierno vive para su pueblo, que le ha elegido: debe cuidar de él y mejorar su calidad de vida, porque ese es su trabajo. Pero ahí viene el principal problema, que es su trabajo. Recibe una insultante cantidad de dinero para hacer creer a la gente que la ayuda, mientras realmente se ayuda a si mismo y a quienes le rodean a mantener ese status quo, a seguir recibiendo esas ingentes cantidades mientras siguen controlando, mientras tienen poder. Y es que es por eso por lo que un político no puede ser honrado, porque su trabajo es no serlo, su trabajo depende de cuánto dinero y poder pueda amasar. Y mientras lo hacen, seguimos optando por la decisión de poner a políticos a cargo de las personas, cuando el trabajo de dirigir a los demás hacia un bien común, que por muy idílico que suene no olvidemos que sería su verdadera ocupación, debiera ser algo voluntario, no remunerado, solidario. Quien, o quienes, dirigen un país, una ciudad, o hasta un pueblo, debieran estar trabajando codo con codo con esos por quienes luchan, por quienes se desviven y por quienes toman las decisiones que toman. Deberían estar haciendo pan, arreglando coches, limpiando casas, cogiendo el autobús a diario pagando la cantidad que ellos mismos han impuesto, tomándose un café en cafetería de barrio rodeado de la gente que habla de las cosas que van mal, pidiéndole disculpas a su jefe por algo que ha hecho mal, o por llegar tarde. ¿Cómo puede dirigir un país, o un pueblo, una familia siquiera, alguien  que no tiene que esforzarse por salir adelante, que no sabe lo que es trabajar duro, que ni se imagina lo difícil que puede ser llegar a fin de mes y sacar a flote un hogar?

Y más importante aún, ¿cómo podemos estar de acuerdo con que así sea? Porque no podemos olvidar nunca una cosa: si nos roban, si nos mienten, si nos llevan a una situación peor...hasta el que muramos, u otras personas mueran por, qué se yo, que la sanidad deje de ser gratis por poner un ejemplo totalmente ilusorio, no deja de ser culpa nuestra. Y desmentirlo es ser deshonesto, ser cobarde, lavarse las manos cuando las cosas van mal, culpando a otros. Esa gente solamente está ahí porque nosotros la hemos puesto ahí. Y el yo voté a otro no sirve para exculparse, porque ponemos nuestra fé en un sistema que falla por naturaleza, corrupto desde sus raices. Ponemos la fé en la democracia, hablamos de democracia real, y ni tan siquiera sabemos de lo que hablamos o a qué nos referimos. La democracia implica que lo que decida la mayoría es lo que se hará, aunque no sea lo correcto, aunque no mejore nada. La democracia implica que siempre habrá un grupo opositor, que siempre habrá discordancia, que no puede haber acuerdo entre todos. Confiamos en lo que nos han dicho, y olvidamos que lo que nos dicen es mentira. Y encima les culpamos. Es como si un panadero se quejase a su repartidor de que el pan está malo...pero el pan lo hemos horneado nosotros, y el repartidor solo se ha encargado de entregarlo.

No se trata de defender a los políticos, para nada. Porque está bastante claro que es una profesión que no hace falta y con la que hay que acabar. Pero el origen de todos los males que provoca está en nuestras malas decisiones, en nuestra incapacidad de tomar conciencia o reflexionar.
Y no contentos con darles dinero y, por tanto, poder, les hemos dado más aún, permitiendo que controlen la creación de leyes, la aplicación de las mismas, y el castigo de no cumplirlas. Qué pensaría Montesquieu si viese que sus ideas degeneraron en esto. Ahora que estamos metidos en temas tan candentes, ¿qué ha pasado con aquel mafioso oriental, cuyo dinero había que sacar a expuertas en carritos de la compra? ¿Qué ha pasado, o qué pasará, con quien hasta hace poco formaba parte de la familia real? A esa gente no se le aplican las leyes, por la sencilla razón de que gozan de dinero, y por tanto tienen más poder que ningún juez o jurado. Y eso es así porque hemos permitido que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial recaigan sobre manos incompetentes. Incompetentes y corruptas. Esos poderes solo pueden residir en el pueblo, porque solo el pueblo puede saber lo que es mejor para él, y puedes pagar tres mil, o dos millones de euros a alguien para que tome esas decisiones, pero seguirán siendo equivocadas.
Y ahora habrá que pagar para entrar en juicio. Por lo tanto, si alguien se decide a robar, es mejor que robe todo a esa persona, que le robe hasta el último céntimo, que le robe el trabajo, su casa, su coche, todos sus recursos, que no le deje bien material que poder empeñar, ni amigo a quien pedir ayuda. Puedes robar la vida de una persona, porque si esa persona no tiene dinero no podrá acusarte de nada. Y sin embargo eso está bien, porque así se consigue más dinero para salir de la crisis. O eso nos han contado. En este caso, poca gente se lo ha creído, pero ya es irrelevante. Porque hemos creído previamente. Pobres ilusos.

El día que comprendamos que si todo el gasto que supone para un país mantener y asalariar a sus políticos se empleasen para el bien público, que nos demos cuenta de que la democracía discrimina a entre un 1 y un 49% de la población, que asimilemos que no hay sueldo justo para un político, porque cobrar por mentir y robar es inmoral, y que seamos capaces de ver que una nación no se dirige con dinero, sino con decisiones correctas y utilizando la razón, podremos evolucionar como civilización.

Esto ha sido la entrada de este primer Lunes de Febrero. La siguiente, como ya mencionamos en La Nueva España (I), la centraremos en el tema económico, que si bien lo hemos tocado aquí, ha sido en referencia al aspecto político únicamente. En algún momento de esta entrada se ha divagado un poco, pero de esto se trata este blog, de un pensamiento evolutivo, dinámico y cambiante. En ocasiones al comenzar un razonamiento, no se sabe ni cómo se terminará...eso es lo mejor de todo. Nos leemos el próximo Lunes.

Recordad que este blog es un medio de comunicación unidireccional, si bien se permiten y hasta agradecen los comentarios siempre que no resulten ofensivos para ninguna agrupación social, ni lesivos o hirientes para ningún particular, por lo que pese a intentarse dar una información lo más objetivamente posible, no deja de tratarse de opiniones. No se trata en ningún momento de otorgar dicha información como la verdad ni pretende cambiarse el pensamiento de nadie. Debe tomarse como un medio independiente y de libre pensamiento destinado a servir como lectura didáctica a la par que entretenida. Y siempre se agradecerá y animará cualquier ademán de difundir el blog, para incrementar su aforo. ¡Gracias por leer!

lunes, 28 de enero de 2013

La Nueva España (I)

Españoles, Franco ha muerto.
Estas palabras supusieron sin lugar a duda un hecho importante en la historia de nuestro país. Quedaban atrás las viejas ideologías del también viejo continente de principios del Siglo XX, y finales del XIX. Pero, ¿cómo ha evolucionado, desde esa época hasta ahora, el mundo? ¿Qué han supuesto los cambios? ¿En qué se ha mejorado, y en qué hemos empeorado? Podemos no haber estado en esa época, no saber cómo se vivió el post-franquismo, ni cómo evolucionó el mundo al comienzo de la segunda mitad del siglo pasado, tras la aparente derrota del fascismo.

Pero estoy aquí, ahora y desde hace más de 20 años. Y sé lo que se vive, para bien, o para mal, así que, a partir de España, pasaremos a explicar en una sucesión de cuatro capítulos en qué ha degenerado la civilización. Y lo haremos de la siguiente manera:
Iremos a ritmo de entrada por Lunes, es decir, a una por semana. De esta manera y dado que el mes que entra consta de cuatro Lunes, daremos por zanjado el tema al finiquitar Febrero. Decir de paso que se intentará seguir este esquema, tema por mes, con publicaciones cada Lunes, en lo sucesivo, de modo que consigamos no dormirnos en los laureles un año más. Pero volviendo a lo que concierne a este mes:

Empezaremos, ya en la siguiente entrada, por hablar del tema que, pasen los años que pasen, se mantiene como el más candente, el más discutido, que no debatido, el que más conflicto genera y que no deja de ser, en cierto modo, tabú: la política. Hablaremos de partidos políticos, de la descentralización y disgregación de poderes, y, por supuesto, de la corrupción.

Pasaremos el día 11 a tratar sobre el aspecto económico, que tanto preocupa en estos días: la situación en que nos encontramos, cómo llegamos a ella y cómo podríamos salir o, al menos, notar menos sus consecuencias; mencionaremos, a vuelapluma, a los que sufren más sus efectos, así como a quienes más se benefician; y no dejaremos de lado el tormento de los impuestos.

Intentaremos ligar, pese a la diferencia de 7 días, lo económico con lo laboral, ya que son temas tan íntimamente unidos: por qué se destruyen empleos y cómo se sigue funcionando sin ellos, si sirven o no realmente los estudios a la hora de ocupar un puesto, analizaremos las abisales diferencias de salarios existentes y, por último y como trampolín al Lunes que resta del mes y por tanto al cierre de este gran capítulo, profundizaremos en cuanto a los funcionarios, los sindicatos y los servicios sociales.

Así llegaremos con una visión general de temas concretos al final de mes; temas que atañen en su conjunto a la Sociedad. Y por tanto, tocará culminar este tema con un pequeño repaso general a esta, haciendo hincapié en la actual ráfaga de protestas, huelgas, manifestaciones y disturbios que vemos a diario, y en todas partes no solo de este país, lo cual trataremos de enlazar con el final de la entrada anterior.

Y así, pondremos fin, y punto y final provisorio, a esta temática, y también, aunque este definitivo, al mes. Habrá que ver luego qué depara el mes próximo, y qué balance, que esperamos sea positivo, se puede sacar de este. Eso sí, anticipo que de ahora en más, las entradas acabarán con el siguiente texto:

Recordad que este blog es un medio de comunicación unidireccional, si bien se permiten y hasta agradecen los comentarios siempre que no resulten ofensivos para ninguna agrupación social, ni lesivos o hirientes para ningún particular, por lo que pese a intentarse dar una información lo más objetivamente posible, no deja de tratarse de opiniones. No se trata en ningún momento de otorgar dicha información como la verdad ni pretende cambiarse el pensamiento de nadie. Debe tomarse como un medio independiente y de libre pensamiento destinado a servir como lectura didáctica a la par que entretenida. Y siempre se agradecerá y animará cualquier ademán de difundir el blog, para incrementar su aforo. ¡Gracias por leer!

miércoles, 13 de junio de 2012

Allá van don Gil y sus pollas


Escribir o no escribir... Primera parte.

Recuerdo tener en mis manos casi todas estas portadas.
La antigua y excelente Grand Prix, R.I.P.
Hay dos formas de decir las cosas. Una es con respeto; la otra, a lo gilipollas. Y no, no estoy siendo ni irónico ni contradictorio: una cosa es hablar con respeto y otra mentir. Si se es gilipollas, se es. Y el mejor ejemplo lo tengo ahora mismo entre mis manos, mientras leo la revista Grand Prix Actual en el trabajo, la cual, todo hay que decirlo, no es ni la sombra del reflejo de la antigua revista Grand Prix: que encima de reducir las publicaciones, reduzcan los contenidos, reduzcan la calidad y eliminen el mítico póster, unos 30 de los cuales adornan la casa de mis padres...mal, muy mal. Sin dejar de lado que es bastante inaceptable que una revista que sale una vez al mes tenga tantos errores tipográficos, ausentes en la antigua revista que en según qué meses sacaba cuatro publicaciones. Pero no es la revista en sí la que me ha enervado, sino solo su última página. Bueno, penúltima, ya que la última la ocupa la publicidad de una agencia de viajes.

Esta página que ocupa mi descontento está escrita por un tal José Ramón Lorenzo. Y digo un tal no de forma despectiva, sino, por un lado, porque creo que es un pseudónimo, y no me extraña que lo use, y por otro, porque para nada le conozco. De hecho, nunca me paro a mirar quién escribe o deja de escribir un artículo. Incluso libros he leido sin saber, o interesarme, en el autor. Al fin y al cabo, así como lo bonito de leer es lo leído, lo bonito de escribir es lo escrito. Poco importa quién lo haga, mientras sea agradable de leer por el motivo que sea. La fama, siempre hablando en mi propia opinión, no debería ser algo que importase a un escritor.
Pero volviendo al tema. El caso es que es justamente cuando se dicen las cosas a lo gilipollas, y no con respeto, cuando más se tiene en consideración al escritor de turno. A todos nos encanta ver a alguien meter la pata, pero verle hacer algo bien no es tan llamativo.

Ser escritor es muy fácil, todo el mundo puede hacerlo. Ahora, ser buen escritor no lo es tanto. Y no estoy diciendo que yo lo sea, ojo, solo estoy explicando el tema. El caso es que cuando uno escribe sobre la Segunda Guerra Mundial, tiene que tener en cuenta que le pueden leer judíos como neonazis; cuando uno escribe sobre religión, ateos o fanáticos religiosos; cuando sobre fútbol, merengues o culés. Bien es cierto que un escritor, a secas, no tiene por qué saber hacer eso, escribir para todos; pero también es verdad que en una publicación seria, sea del tipo que sea, no debería publicar ningún no-buen escritor.
Hay algo que últimamente está muy de moda, y a mi personalmente no me gusta un pelo: ser agresivo. Bueno, en realidad, ser ofensivo. Yo creo que mucho ha influenciado en esto la serie House, la cual por cierto me encanta. Una vez oí de un médico al que despidieron, aquí en España, porque le encantaba la serie e intentaba parecerse a Greg, siendo igual de desagradable y faltante. Pobre iluso. Incluso si fuese también tan buen doctor como el ficticio House, ¿en serio alguien cree que en la realidad podría mantener su trabajo? Ficción, amigos, ficción. Pero vamos al grano. Desde entonces, y en nuestro país en concreto probablemente más reforzado por la influencia de otro personaje, Ricardo Mejide, Risto, ser faltón es lo más. Y es muy triste la verdad. Tanto en televisión como en prensa, parece que quien dice las cosas dejando en ridículo a alguien, o a todos a poder ser, es un crack. ¿Un crack? Como he dicho, eso lo puede hacer cualquiera. Más aún por escrito que por televisión o radio, porque tienes todo el tiempo del mundo para pensar las ideas y corregir lo que haga falta. ¿Qué merito tiene defender tu postura de derechas diciendo los de izquierdas son unos hijos de puta? ¡El mérito está en defenderla de forma razonada y logrando incluso convencer a alguien de la opinión opuesta a comulgar con tus ideas, no en hacer que los rivales te respondan con un ridículo e infantiloide el que lo dice lo es!

¡Parece que ahora todo escritor deba hacer reir al lector, joder! Y sí, yo suelo intentar añadir algo de humor en mis entradas, pero quien me conoce sabe que es porque esa es mi forma de ser realmente, que mucho me influenció de pequeño la sitcom FRIENDS, y más concretamente Matthew Perry en el deslumbrante papel de Chandler. Pero de ahí a hacer de todo una comedia, hay un gran salto.

De todas formas, lo de comedia es muy relativo. Yo no tengo nada en contra de usar lo que podríamos denominar palabras mal sonantes ni al hablar ni al escribir. Son parte del idioma, y en suma, es una forma de expresar cosas que otras palabras no pueden hacer. Pero cuando se abusa de ellas es hasta ridículo. Lo
Artículo de la discordia.
peor de todo es que como digo, está tan de moda, que al lector hasta le gusta. ¿Entonces cuál es el problema? Fácil, que deja al resto de escritores, respetuosos y con dos dedos de frente, como malos escritores, cuando realmente le dan cien vueltas y dos de propina. ¿Envidia? No. Realmente, como escritor, lo que me da es vergüenza que gente así es la que luego represente al colectivo. Y parece que quien no vaya de ese palo, no está en la onda, o incluso como ya dije, es mal escritor. Pues bueno, si es así, e inspirándome en las palabras de un joven ninja, de un manga obviamente, he de decir que prefiero ser un mal escritor respetuoso antes que un buen escritor gilipollas. Aunque prefiero verlo de otra manera: un excelente escritor respetuoso. No no, no me tireis flores, o más bien piedras, que es una broma. La verdad es que nunca me he parado a pensar ni a considerarme bueno o malo escribiendo, simplemente escribo por gusto. Tal vez por eso me moleste tanto la gente, como este sujeto, que escriben por negocio. Por negocio, pero encima mal. Porque, y esto ya es otro tema así que seré breve, tampoco me parece bien que un escritor cobre por su libro, y tengo claro que cuando saque, que lo haré, algún libro, será gratuito, pero respeto a quien quiera hacerlo igualmente. Ahora bien, que alguien cobre por, primero, hacer algo que puede hacer cualquiera de quienes lo leen, y segundo , por hacer mal su trabajo, pues como dije hace ya unos veinte minutos...me enerva.

En fin, creo que he repetido varias veces algunas cosas. Suele pasar cuando uno escribe con rabia, que le dan ganas de remarcar las ideas una y otra vez. Es la primera vez que escribo una entrada de este tipo, pero creo que no ha quedado mal. De verdad que fue como un resorte: terminar de leer esa página de la revista y coger un folio en el trabajo y empezar a escribir. De todas formas me ha gustado escribir sobre esto, escribir sobre los escritores. Muchas veces en algún periódico he leido alguna carta al director que me han dado ganas de responder...tal vez lo haga alguna vez, pero por aquí, ¡que me interesan más mis lectores!

Por cierto, el título de la sección es por el hecho de que uno a veces no sabe si decir este tipo de cosas, sobre todo porque como ya señalé, luego le tachan de envidioso. Y aprovecho a decir que, por si alguien no se ha dado cuenta, el blog está dividido en secciones: el texto en azul que va antes del texto de la entrada indica la sección a la que pertenece y cuántas publicaciones de esa sección van publicadas hasta el momento. Así se engloban un poco los temas y yo me centro al escribir, porque sino, bien podía acabar hablando de comunismo en cualquier entrada, incluso en esta, ¡y no es un farol!

El  evento del 8 de Junio fue bastante bien. Si puedo, hoy o mañana plasmaré fotos e impresiones del día en una nueva entrada, aunque será corta. Pero así aprovecho y anuncio un próximo evento en el que estamos trabajando, por si a alguien le interesa...¡que vaya bien la media semana que queda! Y mucha suerte a todos los estudiantes, ¡ánimo que queda nada y menos!

miércoles, 6 de junio de 2012

8 de Junio, defendamos lo que somos


Iniciativas y campañas. Primera parte.

Es una lástima cuando uno se entera tarde, o con poco tiempo, de las cosas. Hace no mucho tiempo, me perdí unas jornadas de manganime a la vuelta de mi casa porque me enteré 3 días después. Qué mal, de verdad...pero bueno, eso es irrelevante ahora.
En esta ocasión no me enteré tarde, pero sí con poco tiempo para prepararme como me gustaría. El caso es que este viernes, 8 de Junio del 2012, o lo que es lo mismo, dentro de 2 días, ha sido propuesta, por la iniciativa Somos, el día somos. Pero vamos por partes.
La iniciativa consiste en una agrupación de ONGs con la finalidad de apoyar y fomentar la solidaridad en la sociedad. Es decir, que no es una ONG per se, sino que aúna a las diferentes ONGs para de esta forma tratar de reunir también a sus colaboradores, agradeciéndoles su solidaridad e invitando a más gente a unirse a ellos.

Por otro lado, la campaña día somos tiene un lema muy claro: darle la vuelta a las cosas. Lo que se propone para este día es que todo el mundo salga a la calle con una prenda del revés: la camiseta, los pantalones, un abrigo, aunque con este tiempo esa opción no es muy agradable, o cualquier otra. Con este gesto es como han decidido que se exprese el mensaje de dar la vuelta a las cosas, es decir, cambiar las cosas. Y la verdad es que a mi me parece una buena manera.

Yo personalmente, no puedo decir que comulgue con la forma de ser de las ONGs. De hecho, no me agrada la forma en que son llevadas, sus medios, sus...mentiras. No es el momento de hablar de ello, pero solo pondré un símil a los altos cargos de las ONGs: el Papa, viviendo entre oro mientras promulga la solidaridad con los menos agraciados y la igualdad entre toda la gente. Y hasta aquí el tema, punto.

El caso es que, se promulgue o no con ellas, creo que el mensaje de esta iniciativa es bastante bueno, y más en los momentos por los que estamos pasando en el que ya de por sí se habla bastante de cambiar las cosas, con el movimiento 15M y demás campañas que ultimamente se han llevado a cabo. Al fin y al cabo, todos estamos ahora mismo disgustados con el gobierno, con los mandatarios en general, ¿o no? No demos importancia a qué partido está o cual estuvo: las cosas se están haciendo mal, y deben cambiar. Es con eso con lo que nos debemos quedar. Lo importante de esta campaña, y de este día.

En cualquier caso he de decir que pese a lo que he dicho de las ONGs, a quienes sí valoro y reconozco su gran acción es a los voluntarios de las mismas, gente que realmente quiere colaborar y lo hace con todo su empeño y sin esperar reconocimiento alguno a cambio. Es gente que merece admiración. Como he dicho alguna vez, creo que cada uno debe ayudar a que haya cambios de la manera en que mejor pueda, y si bien a mi me gustaría ser voluntario e ir a un país donde se necesitase mucha ayuda, creo que como mejor se me da ayudar es por medio de la palabra. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero era buen momento para repetirlo. De todos modos, no descarto ir a algún lado de voluntario cuando me sea posible.

Eeeeen definitiva, que nos vamos por las ramas. El 8 de Junio hay que salir a la calle con una prenda del revés. El motivo es el de demostrar que queremos que las cosas cambien, darle la vuelta a la situación en que vivimos. Creo que en algunas ciudades de España se van a organizar algunas cosas, como algún flashmob. En lo que respecta a León, yo, con unas amigas, y a través del grupo de Facebook TE LO DOY - LEÓN, del que hablé en la entrada anterior, vamos a ir por la calle, con algo del revés, a intentar convencer a otra gente a que se una poniéndose algo del revés o, al menos, colocándole en la ropa el distintivo del día somos. Llevaremos unos cuantos impresos, con imperdibles, para colocarlos, y además, algunas camisetas y unos sprays para, con la plantilla que llevaremos, plasmar el slogan de la campaña, yo quiero darle la vuelta a las cosas, y regalarlas a quien se quiera unir. Así que si nos veis por la calle y pasamos lejos, pero quereis uniros...¡os animo a acercaros a nosotros! Os aseguro que no morderemos...mucho.

Para acabar, dejaros por un lado, la web de Somos, que podeis visitar haciendo click aquí.

Y por otro, el vídeo de la campaña. Entre muchos otros, en él aparecen Paco León, Emilio Aragón, Anne Igartiburu, Juan Echanove, Imanol Arias, Paula Echevarría, Judit Mascó, Antonio Zabalburu y David Bisbal. Yo, la verdad, viendo en el vídeo a Emilio Aragón, me apunto sin duda, ya que me parece una gran persona. Eligiendo alguien a quien admirais, espero que todos querais participar de esta buena campaña. Haciendo click aquí podeis ver el vídeo.

Espero ver mucha gente por las calles de León con prendas del revés el viernes. Saludos y nos vemos en la próxima entrada, que será de temática más profunda en comparación con estas últimas que han abarrotado el blog. Buena semana y nos vemos las caras, y las etiquetas de la ropa, el 8 de Junio.

Si vis pacem, para bellum.

domingo, 3 de junio de 2012

Varias cosas varias


Yo soy... Quinta parte.

Hoy tengo varias cosas de las que hablar, en cierto modo relacionadas, así que aunque empiece a comentarlas punto por punto es posible que se entremezclen.
Pero antes de empezar quiero comentar, o más bien recordar, algunos detalles sobre el blog. Lo primero y principal es decir que este blog es, al fin y al cabo, un espacio donde plasmo mi ideología y mi línea de pensamiento sobre prácticamente cualquier tema: social, político, económico, religioso, etcétera. Pero por encima de esto, es un blog que trata de concienciar: que hay problemas en el mundo es algo evidente e innegable, y cual es la mejor solución es muy difícil de concretar, pero alguna hay que dar. Y esa es la base del blog, intentar dar respuesta a la pregunta, ¿cómo podemos mejorar? Al fin y al cabo el ser humano siempre debe intentar evolucionar, constantemente, y superar cualquier obstáculo que encuentre en su camino.Por supuesto siempre intento ser lo más objetivo posible, aunque sea difícil cuando se habla de ideologías propias que se comulgan. Del mismo modo, cuando hablo de ideologías opuestas, siempre que las critico intento que sea de forma constructiva; es decir, explicando por qué son peores, no diciendo que lo son sin más, sin ton ni son.
Por otra parte, repetir lo que digo siempre: es un blog totalmente abierto a la participación. A la derecha, hay una encuesta cuyo periodo de finalización está aún lejano, así que, ¡votad! Recuerdo una vez más que la opción Ser Humano en la misma, está colocada en definitiva para todo aquel que piensa que lo que le define mejor que nada es eso, el pertenecer a una especie que habita este planeta y cuya relación con el resto de miembros es tan estrecha que se siente simplemente uno más. A parte de la encuesta, está la dirección de correo, a la que se pueden enviar: opiniones sobre artículos en concreto o sobre el blog en general; sugerencias para el blog, cosas en las que alguien crea que se puede mejorar o que se deberían cambiar; y también, escritos. Esto no se si lo dije antes, pero si alguien comparte mi afición por escribir y lo hace sobre algún tema relacionado al blog, puede mandarlo por correo si quiere verlo publicado aquí. Por supuesto no se publicará cualquier cosa, y por supuesto no me apropiaré de los escritos recibidos, sino que especificaré quién es el autor en cada caso o, como mínimo, indicaré que es de un autor anónimo, pero en ningún caso que es de mi autoría.
¿De qué temas podría alguien mandar escritos para que sean publicados? O lo que es lo mismo: ¿qué ideología sigue el blog? Bueno, algo que ya he dicho y repetidas veces es que soy comunista. Hasta ahora solo he dedicado al tema una entrada, pero obviamente vendrán más. Lo que quiero que quede claro es que si al leer comunista pensamos en la URSS, estamos entendiéndolo mal. Por lo que he escrito hasta ahora, puedo decir que el comunismo que promulga este blog es el que deja de lado el sistema económico establecido por el capitalismo. A parte de eso, cualquier escrito que fomente tanto la empatía como la simpatía, los modales y el actuar con ética, o cualquier escrito informativo sobre cualquier tipo de religión, sea occidental, oriental o incluso cualquier mitología antigua, será bien avenido. Escritos de investigación científica tampoco estaría mal recibir, sobre cualquier campo. La ciencia en general es algo que me agrada, y creo que nunca está de más conocer algo más de física, de medicina, de biología, de astronomía...como dije, cualquier campo. Me gustaría que la gente colaborase enviándome sus escritos, primero por ver el interés de la gente en el blog y los temas que trata, y segundo porque así no habría periodos tan largos sin entradas nuevas. Como por el momento el blog es un medio pequeño, obviamente serían colaboraciones voluntarias y esporádicas. Pero no descarto la opción de que, si alguien se hace asiduo a enviarme sus escritos y estos son buenos y aptos para el blog, en un momento en el que el blog tenga mayor difusión, el trabajo de dedicar tiempo a redactar una entrada pueda ser remunerado. Por mí obviamente.
Así que ya sabéis, ¡espero vuestros escritos! Aún si alguno no lo publico, de seguro lo leeré, y responderé explicando por qué no me parece bueno para incluirlo en el blog. Que la incertidumbre es una sensación horrible.

Otro tema más, y creo que he olvidado algo que quería mencionar cuando empecé a escribir la entrada...pero bueno, tal vez antes de terminar lo recuerde y pueda añadirlo, aunque sea al final. A lo que iba. Tengo pensado iniciar un Videoblog. Como diría Mauricio Colmenero, ¿pero esto que eeeees? ¿Un videoblog para qué, si lo que te gusta es escribir? Sí, pero más que escribir en sí, me gusta lo que tiene este blog como finalidad, es decir, concienciar a la gente de que las cosas han de cambiar. Y por desgracia, mucha gente me ha dicho si es que escribes unas parrafadas que como para leerlas...amén de la gente a la que por lo general no le gusta leer. ¿Y cómo conciencio a esa gente? Bueno, pues he pensado que ese puede ser un sistema eficaz. Aún no se cuándo empezaré, ni cómo lo haré, ni dónde...solo se el qué, que ya lo he dicho: videoblog. Además, también creo que es un medio un poco más propenso a la participación, y será más fácil meter pinceladas de humor que por escrito, o eso creo. Si puedo, intentaré que los videos sean amenos y, a la par que explicar y tratar temas importantes, entretengan de algún modo, ya sea tratando el tema en sí en clave de humor, o simplemente metiendo alguna que otra broma en las grabaciones. Tampoco se muy bien cómo plantearlo: si hacer un guión y seguirlo a rajatabla, es decir, escribir lo que voy a decir en el video y decirlo tal cual, incluyendo las bromas que metiese; o por el contrario improvisar, ya sea total o parcialmente. En fin, supongo que ya lo veré, y que probablemente los primeros sean más como una prueba que otra cosa, así que no espereis demasiado. Porque además, la edición de videos no es mi fuert...bueno, que no tengo ni la más remota idea, para qué voy a mentir. Si a eso sumamos que como grabadora, solo tengo la cam que viene en el portatil...en fin, que haré lo que pueda. ¡Solo espero que con esto se acabe la pereza de interesarse por lo que hago, he dicho!

Reglas del grupo.
Es importante leerlas antes de empezar a participar.
¡Ah, he recordado la otra cosa! Más bien dos cosas...qué mal, me había olvidado de dos cosas y solo recordaba haber olvidado una: la otra había olvidado olvidarla. Qué cabeza. Bueno, quería aprovechar esta entrada que es un poco como las cenas de los domingos después de un fin de semana con bastantes visitas en casa, un rejunte, para mencionar algo que aunque hace ya unos meses que lo descubrí, es desde hace un par de semanas que me tiene bastante enganchado. Es un grupo de Facebook que reune a más de millar y medio de leoneses en un lugar destinado a algo que yo, y recalco y repito, yo, considero lo que podría ser un pequeño germen anti capitalista (iba a usar otra palabra, pero pese a haber repetido, y ahora tripitido, que soy yo quien lo considera así, sé que habrá malinterpretaciones, por no decir libreinterpretaciones). Y si insisto tanto en que soy yo, y ahí va la cuarta, quien lo ve así, es porque la creadora del grupo en ningún momento lo ha dicho, ni tan siquiera insinuado. El grupo se llama TE LO DOY - LEÓN, y su función es la de que la gente ponga a disposición del resto de miembros del grupo aquellas cosas que no necesita o ya no quiere tener más por casa. Es decir, encontrarle uso para otra persona a algo que ya no tiene uso para uno mismo. Desde colgantes o cremas, se dan hasta bicicletas y móviles, pasando por gran cantidad de ropa de todo tipo. También existe la filial, TE LO PIDO - LEÓN, con menos miembros por ahora ya que surgió con posterioridad al empezar a haber muchos mensajes de peticiones en el grupo anterior. La verdad es que es una iniciativa estupenda, en la que se busca hasta compartir gastos en peajes y gasolina en viajes largos o los gastos de envío de pedidos de ropa u otras cosas por internet a tiendas on-line. También se realizan de vez en cuando algunas actividades, como el bookcrossing, consistente en un intercambio de libros, entre otras cosas. Por mi experiencia he de decir que, por lo general, la gente es de lo más agradable. Por supuesto hay excepciones, y dado que es una forma de conseguir cosas gratuitamente, siempre puede haber alguna persona que solo esté por el interes. Pero bueno, por suerte no es la norma general. De verdad que se lo recomiendo a todo el mundo, al fin y al cabo, todos tenemos cosas en casa que no hacen más que estorbarnos y ocuparnos espacio, cosas que no necesitamos o simplemente que ya no usamos. Y antes que tirarlas...
Y lo último que quería mencionar es algo que la verdad, no recuerdo si mencioné aquí o no, solo se que sí lo hice en el grupo TE LO DOY. Algo que me interesaría hacer para el blog también es una serie de entrevistas a gente corrientemente inusual. Es decir, quiero a gente corriente, a gente de la calle, a ciudadanos de a pie por así decirlo, pero inusuales por sus situaciones vividas. A grandes rasgos, lo que busco es gente que haya sufrido en la vida. Así no suena muy bien, así que lo explico mejor. Gente que haya padecido o esté padeciendo actualmente cáncer; personas con desordenes alimenticios tales como anorexia y bulimia; personas que hayan sufrido de algún modo tortura, tanto si es psicológica como física, al ser, por ejemplo, secuestrados por algún grupo; mujeres que hayan sido víctimas, o incluso lo estén siendo aunque esto sería más complicado, de violencia de género, y etcétera. Creo que está claro por donde van los tiros. Y paso a explicar el por qué. Por desgracia, todo este tipo de situaciones no se dan con tanta escasez como nos gustaría, pero aún así, en comparación con el total de la población, sigue siendo un número bajo. Y por este motivo, en ocasiones lo que padece, sobretodo psicológicamente, esa gente es muy difícil de comprender por el resto de personas, incluso por sus más allegados. Por eso esas entrevistas se centrarían en el aspecto psicológico de cualquiera de esas situaciones, en los sentimientos que estos problemas hacen surgir. Ni que decir tiene que dada la importancia de los asuntos a tratar, las entrevistas serían anónimas o no, a elección del entrevistado. Cualquier persona que crea que puede tener una historia interesante que contar puede contactar por medio del correo electrónico, que como ya dije está arriba a la derecha. Es una forma de compartir la experiencia con el mundo y lograr que otros puedan ponerse en la piel de quien haya sufrido algo así. Empatizar.

Creo que esto es todo por ahora. Esta semana espero publicar dos entradas más...debería hacerlo porque uno de los temas sobre los que tengo que escribir tiene, por así decirlo, fecha de caducidad. Pero por hoy está bien. Aunque esta vez ya lo hice en la propia entrada, os recuerdo: comentad, sugerid, teneis el correo, los comentarios del blog, facebook...usad cuanto querais para decirme cuanto os plazca. Y eso sí, si podeis compartir el link del blog, ¡como siempre os estaré muy agradecido!
Buen fin de semana, y que empiece bien la primera semana del primer mes del verano, aunque queden tres semanas de primavera.

domingo, 13 de mayo de 2012

Mi meta: nuestra meta


Yo soy... Cuarta parte.

Recomiendo leer antes la tercera parte haciendo click aquí.
Vamos a resumir brevemente lo que llevamos tratado en estos días de intensa actividad en el blog. Tenemos para empezar, como términos clave, las palabras ética, humanidad, empatía y sacrificio. Hemos comentado que parece haber gente que realmente no piensa en las consecuencias de los actos que realiza, o al menos, estos no le importan, y de este modo actúa sin ninguna ética ni juicio, haciendo básicamente lo que le parece mejor para sentirse el bien. Así, hablabamos de quienes antes de buscar otra solución que les requiriese más tiempo y esfuerzo lograr, tomaban el camino rápido de matar a su pareja, cortando por lo sano como se suele decir. Aunque más que sano, es demencial. ¿Acaso tan difícil es entender los sentimientos del prójimo? Si somos todos de la misma especie, ¿cómo podemos distanciarnos tanto de las afecciones de otra persona? La capacidad de padecer sentimientos más profundos de los básicos como tener hambre o sueño es lo que nos diferencia del resto de la fauna de este planeta. Pero dejando de lado la capacidad de interiorizar aquellos sentimientos que no sufrimos en nuestras carnes pero sabemos otros soportan, nos aleja de la definición de Ser Humano.

Del mismo modo que el juego del pato dejó de jugarse con un pato de verdad para pasar a hacerse con una pelota hace siglos, y la tauromaquia está encontrando cada vez más opositores, debiéramos ser capaz de sentir como propio el dolor de quienes se hayan inmersos en una guerra o no pueden escapar a la tiranía irraigada en su país que le retiene pasando hambre, y actuar en consecuencia. Mirar para otro lado, o frases como algo habrán hecho para acabar así o eso nunca pasará aquí no sirven de nada. Y si para evitar que una sola persona en este planeta muera de hambre todos tuviesemos que pasar al día con únicamente 2 comidas diarias, es algo que tendríamos que aceptar, asumir y acometer. Porque por encima del bien personal tiene que prevalecer el bien común, ya que, de hecho, vivir en felicidad plena será absolutamente imposible de no ser lograda por toda la comunidad humana al mismo tiempo.

Grosso modo, esto es todo cuanto hemos desarrollado hasta ahora. Qué diferencia, de 3 entradas interminables a 2 párrafos no muy largos. Aún así recomiendo leer todo lo anterior y no conformarse con los resumenes: creo que esto es más para aclararme yo sin tener que leer todo palabra por palabra. Antes de seguir quería aclarar que algunos de los términos que estoy usando recurrentemente, como prójimo, bondad o moral, lo hago de forma totalmente ajena a cualquier religión. Primero y principalmente porque soy ateo, pero también, porque no quiero que se confunda lo que intento decir con algún tipo de mensaje religioso. Prójimo, por ejemplo, que es la que más puede traernos a la cabeza la religión cristiana, es una palabra que significa básicamente igual, o cercano. Es una muy buena forma de referir la relación existente entre todo Ser Humano. Aclarado esto y con el resumen en mente, seguimos con la pregunta que hacíamos ayer antes de dejarlo: ¿cómo hacer que otra persona sea feliz (y así, serlo yo por inercia)?

Estña claro cómo no se puede ser feliz: sufriendo. Ya sea de hambre, de frío, de dolor físico por heridas grandes o pequeñas, o por alguna enfermedad. De estos cuatro grandes problemas que pueden interponerse entre una persona y su felicidad, los dos primeros se solucionan de forma obvia: teniendo acceso a las necesidades básicas de nuestra especie, que son alimento, ropa con la que abrigarnos, ya que carecemos del pelaje del que gozan otras especies animales para cubrirse del frío, y una vivienda: además de carecer de una apropiada protección contra el frío, en términos físicos, nuestra especie se ha vuelto, debido a las comodidades de nuestros inventos, en una bastante frágil. El proceso evolutivo que hemos sufrido nos ha dejado sin defensa de ningún tipo contra posibles amenazas. Un León peleando contra un Hombre dará un resultado obvio; pero no así contra un pariente cercano nuestro, como un orangután, que nos gana de lejos en fuerza. Necesitamos un lugar donde refugiarnos por protección, amén de por frío y, como no, por comodidad: es desde luego más práctico tener un sitio estable al que volver cada noche y en el que se encuentren nuestras posesiones. Estas tres necesidades pueden cubrirse de manera relativamente sencilla. O más que pueden, diré que podrían, pero no me meteré más en ello porque es materia un tanto político-social y no es el tema que nos ocupa.

El problema viene más por las otras dos: el dolor de enfermedades y heridas. Las enfermedades es algo de lo que no se puede escapar: la ciencia puede avanzar cuanto quiera, pero siempre habrá gente enferma, sea por leves catarros o por enfermedades casi incurables. La diferencia está en si poder o no curar esas enfermedades, y en cuánto tardarán los tratamientos en funcionar. En cuanto a las heridas, es algo que no puede desaparecer mientras haya cualquier tipo de conflicto en el mundo. Lo mismo que con los otros dos problemas, cómo creo que pueden solucionarse no lo diré en esta entrada, aunque en cuanto a las guerras y demás lo he hecho en parte en estos días; solo diré que no se utilizan ni de lejos los medios necesarios a investigar en medicina, por un lado, mientras por el otro se destinan recursos cuasi ilimitados a evolucionar el armamento de los países.

El dolor y el sufrimiento seguirán existiendo en cualquier caso, ya que como sentimientos que son, son inherentes al Ser Humano. Pero la forma en que éstos se contemplen es lo que puede variar. Para empezar, no es lo mismo saber que un familiar ha muerto en un accidente del que nadie tiene la culpa, a saber que otra persona lo ha matado, porque en este segundo caso, el dolor degenera en odio hacia el homicida, y como ya hemos dicho, el odio llama al odio. Mientras que por otro lado, el primer caso puede llevar, como mucho, al llanto, y esto no es más que un problema menor. Además de eso, si en el resto de aspectos de la vida una persona es feliz, el dolor generado por algo así no afectará tanto como si, por ejemplo, la persona que tuviese que padecerlo viviese en la calle sin un lugar al que llamar hogar.

Sea como fuere, para llegar a esa felicidad de la raza humana en general de la que hablabamos, y en definitiva a un mundo mejor, es necesario seguir un proceso de concienciación social, que debe seguir uno por uno ciertos pasos. Y no digo que sean ineludiblemente estos, pero sí que pudiesen serlo. Me refiero a lo que hemos explicado hasta ahora: el darse cuenta que se debe actuar con ética en toda situación; ser capaz de comprender e incluso sentir sin padecerlo el sufrimiento de otra gente; hacer los sacrificios necesarios, siguiendo lo que dicta la ética, para que el sufrimiento de los demás desaparezca y con ello conseguir que todo miembro de la especie tenga a su disposición los mismos medios y derechos para tener sus necesidades cubiertas; y finalmente dejar de lado todo rencor, el sentimiento de odio, el rechazo, que lo único que siempre ha generado son más y más conflictos.

En cualquier caso, esto no es a lo que quería llegar al empezar esta auto meditación para nada. No pretendía dictaminar unos pasos a seguir para lograr un mundo mejor. Recuerdo que me inmergí en esto para tratar de explicar quién era yo, y lo que las críticas destructivas han afectado a mi forma de ver las cosas. Creo que la forma en que veo el mundo es algo que suelo expresar sin tapujos ya en las entradas más normales del blog, y tal vez sea aún más claro en esta. El problema es que por mucho que uno exprese sus ideales e intente explicarlos, y más aún cuando por medio de ellos intenta buscarse una, por así decirlo, solución al mundo, la gente no solo suele tacharlo de utopía, muchos, he de decir, sin saber siquiera lo que esta palabra significa, si no que para colmo de males, intentan infantilizar a quien lo hace, en el sentido de que quieren ridiculizarle por medio de frases como es que tú ves el mundo de color de rosa, o qué fácil lo ves todo. Esto último hace aún más gracia cuando quien lo dice, con firme convicción, ha tenido una vida de lejos más fácil que quien intenta buscar la forma de arreglar las cosas.

Y por eso, y ahora ya se puede decir que por fin está por acabar esta larga reflexión, empecé a divagar acerca de ética y de humanidad; del sacrificio y del sufrimiento. Porque no creo que alguien que ve los problemas de este mundo y aún así no dedica ni un momento a pensar en cómo podría mejorarse, porque esos problemas no le afectan directamente, tenga derecho a ningunear los intentos de ninguna persona, sea cual sea su edad, sexo, raza o ideales, de evolucionar el mundo hacia un futuro mejor. Así que de mi parte, y de todas las personas que como yo confían en poder lograr eso algún día, digo sin que me tiemble la voz, o las manos sobre el teclado más bien:

Voy a cambiar el mundo.

Como dije, esta, y las tres anteriores que está relacionadas, es una entrada de determinación. De valor y agallas para poder decir con certeza y sin miedo a equivocarme que aunque es una meta complicada y que requiere tiempo, y sacrificios claro, creo en mi mismo a pesar de todas las adversidades. Y que no soy un niño soñando imposibles sin bases en las que sustentarlos, si no una persona convencida de su capacidad que sin dejar de tener los pies en el suelo luchará hasta el final para que palabras como justicia o bondad recuperen el significado que hace largo tiempo perdieron. Y quiero empezar proponiendo algo sencillo y de lo que espero que gusteis en participar.

¿Os habeis percatado alguna vez que cuando vamos caminando por la calle, sobre todo si es solos, casi nunca vamos sonrientes? Si bien tampoco nos paseamos cabizbajos, sí que solemos llevar lo que podría denominarse cara de póker, o más coloquialmente, cara de palo. Hagamos un trato: durante todo el día de mañana, u hoy, según se mire; Domingo 13 de mayo en cualquier caso, cuando nos crucemos con alguien por la calle y esa persona nos mire, sonriámosla. Tal vez para muchos no signifique nada, pero para algunas personas, saber que no todo va a ir siempre mal puede ser un buen aliciente para seguir adelante, y una sonrisa puede ayudar a eso. Quién sabe, tal vez mañana te cruces con esa persona que necesita un empujoncito. Y aunque no te diga nada, estará agradecido por el gesto.

Bueno, creo que hoy al fin podré dormir tranquilo. Espero ver muchas sonrisas por la calle mañana, que además es Domingo, un día para disfrutarlo, ¡y más con las temperaturas que nos están viniendo!
A sonreir todo el mundo, y hasta la próxima entrada. Espero que en estos 4 días de reflexión os haya podido inculcar algo positivo, que es al fin y al cabo lo más importante. Gracias, a todos y por todo.


sábado, 12 de mayo de 2012

En busca de la felicidad


Yo soy... Tercera parte.

Recomiendo leer antes la segunda parte haciendo click aquí.
Sacrificio. Realmente, no es una palabra muy bonita. Se mire por donde se mire, viene a la mente una situación de sufrimiento. Y en parte es así, ya que un sacrificio implica la renuncia de un bien propio por una causa. Esta causa puede ser justa o no, aunque debiera serlo, pero lo que debe darse en todo caso es esa renuncia. Puede tratarse de renunciar a algo físico, como cuando tenemos un bien muy preciado por nosotros y lo entregamos a otra persona o entidad sabiendo que lo necesita más o simplemente por querer hacer feliz a la otra parte; o una renuncia a algo intangible. Éstas últimas suelen suponer un sacrificio por una causa, como por ejemplo renunciar a la apacible vida que tiene una persona en su casa con los suyos para irse a ayudar a gente más necesitada en países menos agraciados. También, suelen ser más dolorosas y más difíciles de acometer.

Hay gente que ha sacrificado incluso su vida por causas muy nobles. Otros lo han hecho por causas menos justas: muchos altos cargos nazis murieron por la causa de Hitler durante el Tercer Reich. Pero incluso en esos casos, la determinación, las agallas, el valor que hacen falta para un sacrificio de tal calibre es cuanto menos envidiable. No hay mucha gente que sea capaz de renunciar a tanto en pos de los deseos o sueños de otra persona. Un ejemplo claro sería la donación de órganos. Si bien no es pequeño el número de gente que dona sus órganos tras su muerte, aunque tampoco digo que sea el suficiente, es mucho, pero mucho menor el número de donantes en vida. Gente que desinteresadamente done un riñón, o una parte de su hígado, no es nada común la verdad. Y son sacrificios que ni tan siquiera se hacen a costa de la propia vida. Pero el dolor físico y mental que una acción de ese calibre puede acarrear echa para atrás a casi cualquier persona.

Es de entender pues que el sacrificio no sea algo muy recurrente en nuestra sociedad; pero solo hasta cierto punto. Porque entre dar la vida por alguien, y no dar ni un céntimo por nadie, hay un salto enorme. Me refiero obviamente a un céntimo metafórico: no ser capaz de renunciar ni a la menor nimiedad por el bien de otra persona, sea esta conocida o no. Para poner un ejemplo de un ínfimo sacrificio, tanto que casi ni lo es, pero que aún así poca gente, y rara vez, hace; ¿con cuántas personas os cruzais al día que os sujeten la puerta para que paseis primero? Sí, como sacrificio es una chufla, pero precisamente, si la gente no está dispuesta ni a algo como eso, ¿cómo esperamos que luchen, por ejemplo, los trabajadores por sus derechos hasta las últimas consecuencias? Hay que tener en cuenta que un sacrificio es un sacrificio, sea grande o pequeño, y que si no se está dispuesto al uno, tampoco al otro. De hecho, si no se está dispuesto a afrontar un sacrificio pequeño, menos aún a uno grande, que supondrá más esfuerzo.

El mayor problema, es que nos cuesta mucho renunciar a nuestro propio bien en favor del de otra persona. Creo que esto es algo que ya mencioné, en la primera parte de esta serie de entradas si no recuerdo mal. ¿Qué beneficio saca una persona sacrificándose por otra? En muchas, muchísimas ocasiones de hecho, la persona por la que uno se sacrifica no llega a saber nunca que alguien se ha sacrificado por ella. Quien se sacrifica no recibe ni un alago, ni una palmada en el hombro, ni un reconocimiento...nada. Su nombre cae en el olvido, su dedicación se desvanece con el viento. Qué poético me ha quedado esto. Y puede parecer un poco exagerado, pero es la verdad. ¿Sabéis eso que se suele decir que los auténticos héroes son personas anónimas? Soldados que mueren luchando por la justicia, bomberos que desafían a la muerte por salvar a otra persona...o simplemente, gente que da lo que sea necesario por ayudar a quien lo necesite. En cualquier caso, nunca, nunca se ha de buscar el reconocimiento cuando se trata de sacrificarse por algo o por alguien. Si no sale de uno, mejor no hacerlo, porque el gesto desinteresado pasa a ser un acto de egoísmo.

Es lo que pasa con la típica situación que siempre se plantea a alguien. ¿Qué haces si al ir a pagar en un sitio te dicen que el billete que tienes es falso? Siempre hay alguien que dice algo así como cuélaselo a otro, o qué crees, ¿que por dárselo al banco te van a dar una medalla? Pero por buscar la gloria y la admiración, han surgido asesinos como Richard Angelo, un enfermero que envenenaba a sus pacientes para después curárlos y quedar como un héroe. El único aliciente para sacrificarse por el bien de otra persona, es conseguir el bien para esa persona en sí mismo. ¿O no es su felicidad suficiente premio al esfuerzo dedicado a ella? Y si por lo que se lucha es por una causa, ¿no es lograr, o acercarnos a, el objetivo de la misma suficiente satisfacción? No todas nuestras acciones tienen que remitir en lograr nuestro propio bienestar. De hecho, es casi lo que menos debiera importar. Al fin y al cabo, aunque centrando tus acciones en el bien de los demás no puedas lograr un bien para tí mismo, si el resto actúa de igual modo, tú conseguiras el bienestar gracias a las acciones de los demás. Quid pro quo.

Al fin y al cabo, como ya dije ayer, humanidad sirve tanto para referir al conjunto de acciones de caracter bondadoso del ser humano, como para designar a la totalidad de la sociedad humana. Si para referirnos a ambas cosas usamos un mismo término, no es de extrañar que vayan de la mano. El Ser Humano necesita de la sociedad para realizarse como persona, y para lograr la felicidad. De esto se deduce que solo podemos lograr una plena felicidad si la logramos todos, como grupo, como iguales. ¿Cómo ser feliz cuando alguien con nuestras mismas facciones y rasgos está sufriendo día a día, cualquiera que sea el motivo de su sufrimiento? ¿Cómo puedo ser feliz sabiendo que hay alguien habitando el mismo punto en el universo que yo? Y aún más importante, ¿cómo puedo lograr que esa persona sea feliz, para serlo yo por inercia?

La respuesta, obviamente...la daré mañana. Porque ahora mismo estoy en una situación aún peor que la de ayer en cuanto a horas de sueño disponibles y demás. Creo que esta entrada no me ha quedado tan bien como esperaba, pero en cualquier caso, sigue sirviendo al propósito de llegar al final de este razonamiento, que creo llegará mañana, pero quién sabe. Las cosas se tuercen a veces, aunque en este caso, se torcerían para bien si consiguiese alargar más el contenido.

Así que nuevamente, buenas noches, y mañana seguimos.

viernes, 11 de mayo de 2012

Conoce a tu enemigo, o mejor aún, no lo tengas


Yo soy... Segunda parte.

Recomiendo leer antes la primera parte haciendo click aquí.
Humanidad.
(Del lat. humanĭtas, -ātis).
4. f. Fragilidad o flaqueza propia del ser humano.
5. f. Sensibilidad, compasión de las desgracias de nuestros semejantes.
6. f. Benignidad, mansedumbre, afabilidad.

DRAE.

Parece que básicamente, es algo ligado a los sentimientos. La palabra humanidad, en una acepción diferente, también significa la totalidad de los seres humanos, lo que los ingleses denominan mankind.¿Y qué diferencia a nuestra especie del resto del reino animal, si no son los sentimientos? Los sentimientos complejos, quiero decir: compasión, respeto, humildad, esperanza, admiración, etcétera. En definitiva, casi todos son los relacionados a la empatía. Aunque la empatía podría definirse como un sentimiento per se, en mi opinión, no lo es, ya que la empatía implica mucho más de lo que una mera definición de la misma podría darnos a entender. La empatía es aquella capacidad de conectar, por decirlo de alguna manera, con otro miembro de la especie. Muchas veces se simplifica como ser capaz de sentir lo que siente el otro, el prójimo por decirlo de alguna manera, o como ponerse en su lugar. Es una buena definición en realidad, pero como digo, abarca más que eso.

¿Alguna vez has pensado en la muerte de un ser querido? Me refiero a pensar en ello realmente, en visualizar mentalmente el momento en que, delante tuyo, esa persona se apaga poco a poco hasta que finalmente...lloras. Y no me refiero a que lo haces en la imagen que tu imaginación proyecta, si no a que lo haces en realidad. Eso es empatía también, aunque realmente solo estás poniéndote en el lugar de tí mismo en una situación diferente.

¿Nunca has imaginado estar en el ejército? Ser asignado a un país en conflicto constante, ir con tu pelotón avanzando por una ciudad, eliminando la resistencia que obviamente se os antepondrá, acorralar al enemigo, tener que pegarle un tiro viendo cómo te mira a los ojos mientras lo haces, y...el mismo resultado.

Yo he hecho ambas cosas, amén de muchas situaciones más. La verdad es que desconozco totalmente si es algo normal pensar en este tipo de cosas, porque no es algo de lo que uno hable normalmente. Seguro que a más de uno os ha pasado que alguna vez habéis pensado ¿y si me invento un monólogo? Y recordando los monólogos que hayais visto, veréis como el cómico intenta conectar con el público hablando de cosas que a todos nos han pasado, así que empezais a pensar en situaciones que todo el mundo ha sufrido alguna vez, pero...a la mitad, os parais a pensar, ¿y si en realidad sólo me pasa a mi, y lo veo tan normal que pienso que todo el mundo ha estado en esta situación? Pues esto es lo mismo, es algo de lo que no se habla normalmente con la gente, por lo que es difícil saber si uno lo hace por lo común que es en la conducta humana o porque es su forma de ser. Pero en cualquier caso, aun si éstas situaciones de, digamos, autoempatía son frecuentes en la imaginación de la gente, estoy casi seguro de que la frecuencia es mucho más escasa si hablamos de ponerse en la situación de ese que, mirándonos a los ojos, recibe el disparo.

¿Qué se puede sentir empatizando con él? Sí, llorar, es probable que también se llore. Pero, ¿del mismo modo? No todo llanto es igual, y solo hace falta un ejemplo para confirmarlo: las lágrimas de alegría. Así que, ¿qué diferencia hay? Creo que al estar disparando a alguien de ese modo uno se entristecería mucho, pero difícilmente sentiría compasión por la persona. Es decir, si sintiese compasión, el disparo no se produciría; de producirse, no se sentiría compasión. Sin embargo, el sujeto víctima del disparo es probable que sienta compasión. Suena raro, pero me explico: disparar a alguien, a quien realmente no conoces y por tanto no sabes si es una buena o mala persona, a bocajarro, mientras sus ojos están clavados en los tuyos, tiene que ser muy duro. Es algo que, de seguro, esa persona recordará por el resto de su vida. No podrá olvidarlo y, con frecuencia, le atormentará. Y es de ese sentimiento del que se puede sentir compasión, del saber que es algo que afectará a esa persona.

Son raros los sentimientos, ¿no? Que se pueda sentir más compasión de alguien que va a matar a otra persona, que de qiuen va a morir a manos de ésta...claro que solo es mi visión de los hechos. Pero creo que la lógica está de mi lado en ello.

Creo que la empatía es realmente muy importante. De hecho, creo que es una de las maneras, si no la única al menos la mejor, en que se puede lograr la paz. Porque si no puedo ponerme en la situación de quien perecerá en una guerra, ¿qué puede importarme que ese conflicto acaezca, tenga lugar, si no me siento en peligro alguno? Si no soy más que un alto cargo que dirige a los soldados desde la tranquilidad de su país y su casa, sabiéndome seguro y no pensando en aquellos a quienes tengo bajo mis órdenes, ¿por qué no iba a decidir ese ataque conociendo las riquezas que pueden arrebatársele al enemigo en él? ¿Véis a lo que quiero llegar?

En ocasiones, en política internacional, se habla de los incomprensibles ataques de este o aquel grupo terrorista, o grupo armado simplemente. Pero luego, cuando una persona de importancia sufre una agresión de alguna manera, ya sea por un atentado fallido, un secuestro de alguien cercano a él o algo similar, lo primero en lo que se piensa es en tomar una represalia. Vale, pondré un ejemplo muy claro, aunque pueda resultar doloroso. Las torres gemelas son derribadas alcanzándose una enorme cifra de muertos en el centro de una de las ciudades más importantes de la civilización humana. ¿Cuánto tiempo pasó desde el choque del avión, hasta el primer bombardeo en tierra del enemigo? ¿De verdad es tan incomprensible que ataquen con tanta violencia a los ejércitos de ocupación o incluso a los cascos azules cuando hemos asediado su tierra, su familia, su cultura de forma tan aplastante? ¿En qué modo no es exáctamente la misma situación? También, es por esto por lo que la guerra solo genera más guerra. El odio llama al odio. Es inevitable. Cuando una persona odia a otra, la otra acabará odiando a la una, por inercia. Salvo que prefiera evitar caer en el odio y sea capaz de perdonar a su odiador, y así frenar una cadena de otro modo interminable.

Un ejemplo más claro de esto último que he explicado de forma un tanto enrevesada. Estamos discutiendo muy airadamente con alguien, y esa persona, en un punto, nos suelta un puñetazo. ¿Qué hacemos? O mejor dicho, ¿qué sería lo lógico hacer, lo que te viene por inercia? Devolver el golpe, y a poder ser, superarlo. Es decir, no quedarte siquiera en un ojo por ojo, sino buscar una venganza después de ello. Muy bien. Ahora, y aplicando una empatía tan sencilla que hasta un niño podría explicarlo, ¿qué va ha hacer la otra persona después de sufrir lo mismo que sufriste tú? Pues lo mismo que hiciste tú tras sufrirlo. Obvio.

Claro, ¿y por qué he de tragar yo, perdonándole y dejando que me gane? Ah, ahí esta lo complicado. Se llama sacrificio. Y así...lo dejamos por hoy

Sí, es un fastidio, pero tengo que cortarlo aquí por dos...o más bien tres motivos: primero, que esto se ha alargado bastante, y sé de buena tinta que la gente no lee mis extensísimas entradas; segundo, que si ahora mismo me quedase dormido tendría 5 horas para dormir, y aún tengo que editar el texto y desperdigar los links; y tercero, que la palabra sacrificio, como ayer la de humanidad, va a dar para hablar bastante, así que esto se haría extenso en demasía. De hecho podría dar otro motivo, el mismo que ayer: así me obligo a seguir escribiendo mañana, y mantengo el blog un poco más activo.
Sé que iba a hablar de humanidad y al final a penas lo he hecho, pero en cierto modo sí, al reducir el sentido de humanidad a la importancia de la empatía. De todos modos, volveré a ambos términos más adelante. Me parece que aún queda bastante para llegar a donde quería cuando empecé con esto ayer. Espero que al menos no defraude...

Pues lo dicho, como ayer: buenas noches y mañana seguimos.