viernes, 16 de diciembre de 2011

¿P…a…z? No conozco esa palabra

Sobre las guerras. Primera parte.

Paz. 1. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
Drae.

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño. Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Que me perdone don Calderón de la Barca por usar sus palabras en mi beneficio. Pero hago una pregunta al viento. ¿No es esta estrofa prácticamente igualmente válida para la paz, como lo es para la vida?

Al fin y al cabo, ¿no es la paz para la sociedad lo que la vida extraterrestre para los astrónomos, el cielo para los creyentes, o los fantasmas para los parapsicólogos?

Un deseo, más que una posibilidad; un sueño, más que una realidad. Es algo que queremos que exista, en lo que necesitamos creer.

Porque si lo pensamos bien, ¿ha vivido este mundo alguna vez la paz? Obviamente me refiero a “entre seres humanos”.

Desde los primeros homínidos que poblaron la tierra, hasta el último homo sapiens sapiens que haya nacido antes de que publicase esto, dudo que alguna generación de la raza humana haya coexistido en paz. Y no creo equivocarme.


Entonces Dios dijo: hágase la luz. Y la luz se hizo. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.

Y desde que existen noche y día, el ser humano se ha guiado por las tinieblas de la guerra, en vez de buscar la luz de la paz. Si bien en distintos grados y con distinta intensidad, la muerte y la sangre inundan la historia de nuestra especie. Los primeros homínidos lo hacían por simple protección. Para defender su cueva, su primitivo hogar, así como a todo su clan, arremetían sin piedad contra cualquier ser que supusiese una posible amenaza. Con la carencia de conocimiento y razonamiento obvia que tenían, no hacían más que lo necesario para sobrevivir. Era simple instinto animal. Y cuando comenzaron a utilizar materiales para construir, fabricar o cocinar cosas, no iban a dejar de emplear sus invenciones en mejorar su manera de defenderse. Al fin y al cabo, si con las manos o a pedradas era difícil cazar para alimentarse, y con lanzas o toscas hachas resultaba más fácil, resultaría igualmente más fácil derribar a un atacante con dichos artilugios. Puede que no supiésemos cuánto son dos y dos, pero sabíamos asociar conceptos.

No era maldad. Era simple y puro instinto. Otros animales también defienden sus manadas de otras que intenten, por ejemplo, robarles alimento, o presas.

Sin embargo, el Ser Humano evolucionó. 

 
Raro es el tema sobre el que Forges no me ayude a ilustrar.




Evolucionar. 2. Mudar de conducta, de propósito o de actitud.
Drae.






Pero evolucionar no implica necesariamente un cambio a mejor. Y empezamos a matarnos entre nosotros sin razón alguna. Por el mero hecho de matar. Y la evolución fue a peor, por dos motivos principalmente.

El primero es obvio. Se inventaron nuevas armas, a cada cual más mortal, con capacidad de matar a cada vez más personas con un único utensilio, hasta la capacidad que tenemos hoy día de destruir prácticamente un planeta pequeño si nos lo proponemos en un instante. Podríamos volar la luna con una bomba H, seguramente. El 6 de agosto de 1945 asesinamos a casi 150.000 personas mediante una simple explosión. Sin contar los efectos radiactivos o los heridos graves que no lograron recuperarse. ¿Culpable? Little Boy, el Enola Gay, el Proyecto Manhattan, el Coronel Paul Tibbets…podríamos señalar a muchos, incluso a cada uno de los alrededor de 130.000 trabajadores que contribuyeron al proyecto, o incluso a Albert Einstein. Pero sea como fuere, la conclusión final es irremediablemente que es culpa del Ser Humano.

El segundo, un tanto menos obvio pero peor si cabe. Y es que no podemos asemejar las matanzas de las guerras en aquella oscura época que supuso la Edad Media en Europa, con la actual Edad Contemporánea, en la que la ciencia está tan desarrollada, y la cultura tan extendida, que sabemos que sin la ingente cantidad de recursos que se desaprovechan o, directamente, se tiran, podría subsistir toda la especie. No es necesario luchar por los recursos naturales, como cuando antaño se defendían minas de hierro, o campos sembrados que alcanzaban hasta donde se perdía la vista, como si fuese oro. Las actuales guerras vigentes son casi todas por algún recurso, sobretodo el petróleo; pero es que no es realmente una necesidad luchar por esos recursos. ¿No sabemos ya que en los albores de la vida en nuestro planeta, toda tierra firme conformaba un único supercontinente denominado Pangaea? ¿Y no sabemos que debido a esto, toda nuestra raza provino de un mismo lugar y de la evolución de nuestros antecesores comunes? ¿No conocemos el dolor, la tristeza, la pobreza, la destrucción que nuestras guerras causan, no sólo a nuestros congéneres, sino también al resto de la naturaleza? ¿No hemos sido ya testigos de cuánto daño podemos hacernos los unos a los otros, y aprendido que en las guerras no hay ganadores y perdedores, sino heridos y muertos?


Cuando se dice que el Ser Humano es la especie más evolucionada, no parece más que una broma cruel, o al menos, una desagradable  ironía: la criatura más evolucionada de la naturaleza, la que más procesos evolutivos y cambios ha sufrido, es la más descerebrada. O la más inconsciente. No es una contradicción de términos, aunque alguno lo crea así. Una cosa es evolucionar, y otra mejorar. Y el Ser Humano, desde que descubrió el fuego y encontró la manera de crearlo, no ha dejado de evolucionar de forma exponencial. Pero sin embargo ha mejorado a la par, o incluso menos, de lo que ha empeorado en hábitos, ética y sentido común.

Si vis pacem, para bellum.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, de veras, cada vez me sorprendes mas por lo bien que escribes y expresas lo que a mi me cuesta expresar.
    Me estoy enganchando a este blog, asique sigue escribiendo tan bien y publica mas cosas para que podamos deleitarnos contigo

    Un beso

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  2. Muchas gracias Jesica! Espero que las próximas entradas sigan pareciéndote buenas y sigas visitando y comentando cuando tengas algo que añadir.
    Gracias por leer!

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