sábado, 31 de diciembre de 2011

Noche vieja, vida nueva


Especial navideño. Segunda parte.

26 de Diciembre de 2011, 8:06 AM. Estoy escribiendo mientras me desplazo a 157 kilómetros por hora. Una visita relámpago a Madrid me deja como regalo el tiempo. En concreto, 4 horas y 20 minutos de ocio que me permiten saciar mi necesidad de escribir, y de leer. Me acompañan mi cuaderno, mis apuntes de filosofía, mi música, una botella de agua, un sobao, de los que se comen, y 4 pasajeros más, 2 de ellos, sobaos, de los que duermen.

Está amaneciendo mientras anuncian la próxima parada: Palencia. Creo no haber visitado nunca esta ciudad castellana, vecina de mi querida León, al menos que recuerde. Es una pena no conocer sitios tan cercanos y, de seguro, bonitos.

Dejando Palencia, con 2 pasajeros más en el vagón, el horizonte se vuelve de un intenso color naranja en su parte más baja, difuminándose hacia un leve rosa a medida que subo la mirada, y pasando por último a un azul muy oscuro aún. Me pregunto cuántos amaneceres habré visto en mi vida apreciándolos, y no solo viéndolos. No llevo la cuenta, pero diría que me sobran los dedos de una mano, y el de hoy es el 2º del año. Es una pena que el bonito contraste anaranjado-rosaceo desaparezca tan pronto por un bastante soso azul. Después de pasar una farola toda cubierta de luces navideñas, bastante extraño, paramos en Venta de Baños. Sí que creo haber estado aquí alguna vez, porque recuerdo que me hacía gracia el nombre. De pequeño, creía que realmente era una población, o un lugar, donde solamente había tiendas o fábricas de baños. Cosas de la infancia. Una pasajera más en el vagón, que pasa a mi lado dejando un intenso aroma perfumado y se sienta tras de mi.

Desaparece el rosa y el horizonte se torna amarillo por donde va a saludarnos pronto el Sol, y se enrojece hacia los lados. Pasamos un lago, o un río muy ancho, no se muy bien qué sería, con el agua tan cristalina que se reflejan todos los árboles, deshojados, de las orillas. Solo un pato solitario altera levemente las tranquilas aguas. Y debo agradecerlo a la naturaleza, porque es aquí donde quería llegar aunque no sabía como enlazarlo cuando empecé. Y es que me entra la curiosidad. ¿Y si pudiese ver lo que he vivido este año reflejado en el agua? ¿Qué vería? ¿Cómo ha sido este año?

Definitivamente es un río, porque seguimos cruzándonos con él, aunque no entiendo su enrevesado recorrido. Supongo que es como decía Bart Simpson: el agua va donde le sale. Reducimos la velocidad para alcanzar Valladolid. Los campos vallisoletanos están muy helados, y la ciudad también, a la par que desierta. Son las 8:48. El horizonte se vuelve blancuzco hasta donde se ve, y asoma de amarillo por momentos entre los edificios.

Click aquí para ver en tamaño completo.
Se suele decir que en esta época hay que hacer balance del año, y hacer balance de algo supone contraponer cosas: lo bueno a lo malo, en este caso. ¿Y ha sido un buen año? Es difícil medir algo así, pero yo creo que por lo general, sí. Ha tenido cosas malas, por supuesto, pero creo que las buenas las sobrecompensan. Y de hecho, casi podría decir que todo lo bueno de este año comenzó, justamente, hace 1 año, 365 días. Tal día como hoy pero en el 2010 me encontraba también viajando en tren a Madrid, creo que incluso en el mismo horario. La verdad es que no me había dado cuenta de eso hasta ahora mismo. Aquella vez viajaba por un trabajo que me había surgido. Viajé el 24 para la entrevista y volví a pasar la nochebuena en casa, y ya para el 26 tuve que regresar a Madrid porque me habían cogido. Me hizo muchísima ilusión pese a pasar la primera semana en una pensión un poco de mala muerte. Pero tenía trabajo, pensaba. Mi primer trabajo.

Son las 10:32, hace un rato me desperté mientras parábamos en Ávila. El vagón, y creo que el tren entero, casi se ha llenado. 21 pasajeros más subieron al vagón, así que tuve que volver a mi asiento, el de atrás. Es que los de enmedio, con sus mesas, son más cómodos para escribir. Tanto en Ávila como en Valladolid estoy seguro de haber estado, pero de Valladolid no me acuerdo. Habrá que volver. Me encantan las vistas que hay en el trayecto de Ávila a Madrid, alguna vez tendré que recorrer andando esa naturaleza tan extensa.

El caso, en resumen, es que estaba muy motivado y me esforzaba como el que más. Pero hay que reconocerlo, era un trabajo de mierda. Claro que tuvo mucho de bueno. Y es que yo hace exáctamente un año era tremendamente tímido. Los trabajos que he tenido después de ese me hubiesen sido imposibles sin la soltura y seguridad que conseguí. Otros sucesos posteriores, también en mi querida Madrid antes de volverme, me enseñaron algunas lecciones importantes de la vida, de esas que se aprenden por las malas pero te son realmente útiles.

Terminada la visita relámpago a mi ciudad, estoy en el tren de vuelta, a las 22:42 del mismo día. No hay nada que comentar del horizonte: es todo pura penumbra.

Y ahora, ya en casa, os digo que ahora, en los últimos meses, he estado muy bien. De vuelta en mi tierra, conseguí trabajo relativamente pronto, durante sus fiestas patronales. Y al terminar estas, me enchufaron en seguida en otro puesto, relacionado. Y desde entonces, trabajar, trabajar y trabajar, que, como es lo que he querido siempre, puedo decir me ha alegrado el año. Con salud y trabajo, poco más puedo pedir, así que se puede decir que el año ha ido bien. Justo ahora, en las noticias de las 3, han enseñado que en su encuesta diaria, siendo la de hoy ¿Creen que el año 2012 será mejor que el 2011?, el 75% ha votado que no. Yo soy más optimista, y creo que las cosas irán bastante mejor. No sólo personalmente, para mi. Este año que dejamos atrás ha sido el año de, como decirlo...diría las protestas, pero eso suena a algo malo, a que nos quejamos por cualquier cosa o sin razón. De todas formas, creo que se entiende lo que quiero decir. El caso es que con estas, llamémosle, denuncias sociales se ha creado un ambiente en el que parece que cada vez más gente es capaz de comprender las injusticias que genera el ser humano en su propia sociedad, y creo que el año que viene será, directamente, el año de los cambios. Por activa o por pasiva, muchas cosas cambiarán. Algunas para mal, y otras para bien. Pero desde luego, un año aburrido no va a ser.

Es época de buenos propósitos. Pero yo os aconsejo: no os propongais nada. No quiero decir que no tengais deseos o esperanzas en que unas cosas u otras se cumplan. Pero los propósitos que la gente se hace cuando comienza el año suelen terminar siempre igual: incumplidos, y con la persona que se lo propuso deprimida por no lograrlo. Mejor vivir improvisando. Y dejar de fumar, por ejemplo, es algo que se puede hacer en cualquier momento, siempre para bien, no hace falta esperar a estas fechas para hacerlo.

Hay que mirar hacia adelante. Empieza un nuevo año, y con él, cientos de posibilidades en todos los aspectos. Siempre he pensado que uno puede conseguir lo que quiera si realmente se esfuerza en ello. Es todo cuestión de trabajo duro y sacrificio. Y de nunca echarse para atrás. Así que, mirad el reflejo en el agua, o en su defecto el de un espejo, y analizadlo: ¿cómo ha sido vuestro año?

¡Espero que tengáis todos un

feliz y próspero año nuevo!

Que acabeis bien el año y comenceis el siguiente aún mejor. Y no olvideis crear recuerdos memorables que revivir en las vísperas del año nuevo siguiente.

Si vis pacem, para bellum.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Puntos de vista

Especial navideño. Primera parte.


Ya se acerca la navidad. Por no decir que se nos ha echado encima. Hemos tenido un verano muy largo, un otoño caluroso, y unas heladas poco frecuentes y tardías, al menos por estos lares. Además, por la crisis me supongo, no se han adornado las calles hasta…bueno, hasta hace apenas unos días.

Pero, ¿qué es la navidad? La navidad es una y tres a la vez. Mira por donde, como Dios. De las tres, una me agrada, la otra me desagrada, y la restante me es indiferente. Os “reto” a intentar adivinar cuál es cada una en un comentario. Al primero que acierte le doy…un mini punto, sin valor alguno…al menos de momento. Nunca se sabe.


Para empezar, es una fiesta pagana cristianizada. ¿Qué quiere decir esto? Por un lado, que la celebran los pueblos cristianos. Judíos, musulmanes, hindúes, budistas…pueden tener fiestas similares, como el Hanukkah judío. Pero la navidad es la celebración del nacimiento de Jesucristo, el mesías cristiano, y por eso ni tan siquiera su religión hermana la celebra. Jesucristo es solamente un profeta más en el judaísmo.
Pero por mucho que el cristianismo la haya adoptado y adaptado, no deja de ser una fiesta pagana.  Entre seguramente otras culturas más, los germanos, los incas y los romanos celebraban ese día dedicándolo cada uno a su respectivo dios del Sol. Y no es una coincidencia: en esta fecha acaece el solsticio de invierno: esto es, el día tiene, en el hemisferio norte, la minima duración del año respecto a la noche, y a partir de este momento, los días se van haciendo poco a poco más largos. Con frecuencia nos referimos a las religiones ya extintas o pasadas (la griega, la romana, la egipcia, etcétera) como mitologías, y reservamos el término religión para las actuales. Y compuestas de mitos como están, celebrar el solsticio de invierno no supone más que celebrar la alegórica victoria del Sol, la luz, el dios Sol, sobre la noche. Por esto se celebra el nacimiento de Cristo, el salvador, en este día. Al fin y al cabo, vino a sacarnos de las tinieblas y guiarnos hacia la salvación.
Siempre hay diversos puntos de vista para todo.
Lo importante es saber diferenciarlos todos.


Pero la navidad es también una fiesta consumista. Desde principios de diciembre, o incluso mediados-finales de noviembre, la publicidad en los medios aumenta enormemente. Y montones de catálogos llegan a nuestro felpudo. Si bien la mayoría de juguetes, no todos lo son.  Perfumes, ropa, aparatos electrónicos…con los juguetes para los más pequeños, son los regalos más frecuentes. Y luego están las cestas, baúles y cajones llenos de productos navideños: turrones, embutidos, mazapán, cava, alguna botella de aguardiente…y una pata de jamón. Seamos sinceros, ¿quién no quiere tener sobre la mesa en Nochebuena unas tajadinas de un buen jamón, mal que sea de paletilla? Las noticias decían hace un par de semanas que el gasto medio por persona para las fiestas “bajaría este año de los 700€ de años anteriores”. 700€ es mucho dinero, es gran parte del sueldo de muchos, e incluso algún que otro sueldo entero. Qué coincidencia, qué buena suerte, o qué mala suerte, según se mire, que las pagas extraordinarias caigan en estas fechas.


Árbol de Navidad del Rockefeller Center, en Manhattan, Nueva York.
Y por último, está el tercer punto de vista. Y es que la navidad es una fiesta familiar. Esto quiere decir que en esta época, las familias se juntan, y el ambiente en las casas y en las calles es por lo general más alegre, más…cálido. Las luces en las calles, adornos en los balcones, villancicos en tiendas y bares. Gente con maletas yendo y viniendo para reunirse con sus seres queridos. Hay quienes no se ven en todo el año, pero no falla que se junten para celebrar estos días. Reunirse alrededor de una mesa, ponerse al día de lo que cada uno ha hecho el último año, o incluso conocer a nuevos, o lejanos miembros de la familia que no habían contactado antes. Y por supuesto no puede faltar el árbol y el belén, que cada vez decoramos con mayor opulencia.

En fin, hay navidad para todos los gustos. Pero en cualquier caso, lo más importante es tener una

muy feliz navidad,

que os deseo a todos.


¡Ah! Y mucha suerte en el sorteo extraordinario de la lotería de navidad, que empieza dentro de 8 horas…solo os pediría no hacer tonterías si os toca algo importante, que hay muchas cosas más importantes que el dinero, y una de ellas es en qué gastarlo, y otra, nunca malgastarlo.


Actualizo para corregir cierta información: es el solsticio de invierno lo que se da en este día, y no el equinoccio. Mea culpa, gracias a Dani por hacérmelo notar y espero que justo esa errata no haya sido lo que se le haya quedado grabado en la cabeza a algún lector...

Si vis pacem, para bellum.

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿P…a…z? No conozco esa palabra

Sobre las guerras. Primera parte.

Paz. 1. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
Drae.

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño. Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Que me perdone don Calderón de la Barca por usar sus palabras en mi beneficio. Pero hago una pregunta al viento. ¿No es esta estrofa prácticamente igualmente válida para la paz, como lo es para la vida?

Al fin y al cabo, ¿no es la paz para la sociedad lo que la vida extraterrestre para los astrónomos, el cielo para los creyentes, o los fantasmas para los parapsicólogos?

Un deseo, más que una posibilidad; un sueño, más que una realidad. Es algo que queremos que exista, en lo que necesitamos creer.

Porque si lo pensamos bien, ¿ha vivido este mundo alguna vez la paz? Obviamente me refiero a “entre seres humanos”.

Desde los primeros homínidos que poblaron la tierra, hasta el último homo sapiens sapiens que haya nacido antes de que publicase esto, dudo que alguna generación de la raza humana haya coexistido en paz. Y no creo equivocarme.


Entonces Dios dijo: hágase la luz. Y la luz se hizo. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.

Y desde que existen noche y día, el ser humano se ha guiado por las tinieblas de la guerra, en vez de buscar la luz de la paz. Si bien en distintos grados y con distinta intensidad, la muerte y la sangre inundan la historia de nuestra especie. Los primeros homínidos lo hacían por simple protección. Para defender su cueva, su primitivo hogar, así como a todo su clan, arremetían sin piedad contra cualquier ser que supusiese una posible amenaza. Con la carencia de conocimiento y razonamiento obvia que tenían, no hacían más que lo necesario para sobrevivir. Era simple instinto animal. Y cuando comenzaron a utilizar materiales para construir, fabricar o cocinar cosas, no iban a dejar de emplear sus invenciones en mejorar su manera de defenderse. Al fin y al cabo, si con las manos o a pedradas era difícil cazar para alimentarse, y con lanzas o toscas hachas resultaba más fácil, resultaría igualmente más fácil derribar a un atacante con dichos artilugios. Puede que no supiésemos cuánto son dos y dos, pero sabíamos asociar conceptos.

No era maldad. Era simple y puro instinto. Otros animales también defienden sus manadas de otras que intenten, por ejemplo, robarles alimento, o presas.

Sin embargo, el Ser Humano evolucionó. 

 
Raro es el tema sobre el que Forges no me ayude a ilustrar.




Evolucionar. 2. Mudar de conducta, de propósito o de actitud.
Drae.






Pero evolucionar no implica necesariamente un cambio a mejor. Y empezamos a matarnos entre nosotros sin razón alguna. Por el mero hecho de matar. Y la evolución fue a peor, por dos motivos principalmente.

El primero es obvio. Se inventaron nuevas armas, a cada cual más mortal, con capacidad de matar a cada vez más personas con un único utensilio, hasta la capacidad que tenemos hoy día de destruir prácticamente un planeta pequeño si nos lo proponemos en un instante. Podríamos volar la luna con una bomba H, seguramente. El 6 de agosto de 1945 asesinamos a casi 150.000 personas mediante una simple explosión. Sin contar los efectos radiactivos o los heridos graves que no lograron recuperarse. ¿Culpable? Little Boy, el Enola Gay, el Proyecto Manhattan, el Coronel Paul Tibbets…podríamos señalar a muchos, incluso a cada uno de los alrededor de 130.000 trabajadores que contribuyeron al proyecto, o incluso a Albert Einstein. Pero sea como fuere, la conclusión final es irremediablemente que es culpa del Ser Humano.

El segundo, un tanto menos obvio pero peor si cabe. Y es que no podemos asemejar las matanzas de las guerras en aquella oscura época que supuso la Edad Media en Europa, con la actual Edad Contemporánea, en la que la ciencia está tan desarrollada, y la cultura tan extendida, que sabemos que sin la ingente cantidad de recursos que se desaprovechan o, directamente, se tiran, podría subsistir toda la especie. No es necesario luchar por los recursos naturales, como cuando antaño se defendían minas de hierro, o campos sembrados que alcanzaban hasta donde se perdía la vista, como si fuese oro. Las actuales guerras vigentes son casi todas por algún recurso, sobretodo el petróleo; pero es que no es realmente una necesidad luchar por esos recursos. ¿No sabemos ya que en los albores de la vida en nuestro planeta, toda tierra firme conformaba un único supercontinente denominado Pangaea? ¿Y no sabemos que debido a esto, toda nuestra raza provino de un mismo lugar y de la evolución de nuestros antecesores comunes? ¿No conocemos el dolor, la tristeza, la pobreza, la destrucción que nuestras guerras causan, no sólo a nuestros congéneres, sino también al resto de la naturaleza? ¿No hemos sido ya testigos de cuánto daño podemos hacernos los unos a los otros, y aprendido que en las guerras no hay ganadores y perdedores, sino heridos y muertos?


Cuando se dice que el Ser Humano es la especie más evolucionada, no parece más que una broma cruel, o al menos, una desagradable  ironía: la criatura más evolucionada de la naturaleza, la que más procesos evolutivos y cambios ha sufrido, es la más descerebrada. O la más inconsciente. No es una contradicción de términos, aunque alguno lo crea así. Una cosa es evolucionar, y otra mejorar. Y el Ser Humano, desde que descubrió el fuego y encontró la manera de crearlo, no ha dejado de evolucionar de forma exponencial. Pero sin embargo ha mejorado a la par, o incluso menos, de lo que ha empeorado en hábitos, ética y sentido común.

Si vis pacem, para bellum.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cruzando fronteras...de la mente

Hoy se inaugura el nuevo blog hermano de elplacerdebloguear. ¿El por qué del título?


En principio dudaba entre ese y lo que nunca te contaron, pero me decanté por el primero porque creo que es más interesante, o más repulsivo, el hecho de que las cosas que se escribirán en este blog no se haya atrevido, o no haya querido, contárnosla nadie, a que no nos lo hayan contado nunca. Son cosas que por la ideología de quienes nos enseñaron, porque les daba pereza meterse en temas tan profundos y complejos, o escabrosos, o porque ellos mismos lo desconocían, no se nos enseñó con el resto de cosas que sabemos, pese a ser muchas más importantes.

¿Qué le ocurre a la población civil durante una guerra? ¿Por qué se inician las guerras? ¿Qué motiva a un presidente? ¿Qué es el comunismo, en realidad? ¿Qué implica el capitalismo? ¿Por qué hay diferentes religiones?

Preguntas que, sin plantearse casi nadie, interesan a casi todos. O al menos, debieran interesar.

No pretendo explicar mi verdad, porque la verdad es algo objetivo; tampoco pretendo exponer la verdad, porque la concepción de verdad es algo subjetivo. Lo que quiero es contar hechos. Los hechos no son verdad o mentira: son solo hechos. Es lo que ocurre o lo que ocurrió, o lo que ocurrirá, siempre que sean hechos que seguro acontecerán.

Como en elplacerdebloguear, intentaré ser todo lo objetivo que pueda, y por supuesto, aquí también son bienvenidos todo tipo de comentarios, ya sean positivos, negativos o neutros. Esto en el sentido de su actitud para con el texto, claro está: obviamente aquí los comentarios ofensivos tampoco serán el pan de cada día.

Así pues, bienvenidos, y espero que visiteis el sitio a menudo. Aquí me tendréis, para variar, intentando amenizaros la vida, o al menos la tarde, con material tan interesante como sea posible. Se admiten sugerencias tanto de temas como de cambios estéticos del blog y demás cosas, así como enviar opiniones tanto positivas como negativas, a la siguiente dirección de correo: irreverentementereverente@gmail.com

 Y para comenzar con este nuevo proyecto, os dejo una imagen.
La libertad es un pensamiento que se desvanece en el pozo de la sociedad.
El otro día me pagaron con este billete. Me gustó tanto que lo guardé. Lo más probable es que lo haya escrito uno de los llamados indignados,  porque va muy acorde con sus ideologías. Y he de decir que aunque en muchos casos no estoy a favor de ese movimiento, esta frase me parece de lo más acertada. Eso sí, suponiendo que el autor de esto, al decir sociedad, se refiriese a ésta sociedad, capitalista, en la que vivimos.


 Por último, quiero explicar un poco la encuesta. Lo que me gustaría es que cada uno elija aquello con lo que más se identifique, aquello que, al leerlo, haga pensar "eso es lo que soy". Además, creo que se puede votar 1 vez cada día; animo a todos a no votar más de una vez. Así se verá realmente qué predomina más entre los lectores, tanto esporádicos como habituales, aunque por supuesto eso no cambiará ni el tipo de entradas del blog ni la forma de tratar los temas: es mera curiosidad. La encuesta acaba el 21 de diciembre del 2012. ¿Por qué? Porque según mucha gente, debido al calendario maya, ese día se acabará el mundo. Fin del mundo, fin de la encuesta. Por supuesto, ya trataré ese tema más adelante.

Si vis pacem, para bellum.